Viernes 23 de septiembre de 2011
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La extrema dependencia que tiene nuestro país del Puerto de Arica en Chile para movilizar sus operaciones aduaneras de embarco y desembarco de minerales, mercaderías, alimentos y toda suerte de material que sale del país hacia otros puertos, vía exportación o lo que se recibe de igual modo como respuesta a las importaciones nos muestra la necesidad de aplicar a la brevedad posible un cambio de estrategia para minimizar esa situación perjudicial que retrasa el intercambio comercial boliviano.
Lo lamentable del caso es que en los últimos días las presiones de una empresa que administra el funcionamiento del puerto de Arica han complicado mucho más las ya tensas relaciones con el sector empresarial e industrial de nuestro país, con un anuncio de incremento en las tarifas portuarias del orden superior al 100 por ciento.
Esta tensa situación está ocasionando un sin número de contratiempos en las actividades regulares del uso “portuario” de Arica, donde más del 80 por ciento de la carga que se mueve de ida o vuelta corresponde a las operaciones del comercio boliviano, consiguientemente la vida institucional y económica del puerto de Arica depende propiamente de las operaciones bolivianas.
Fuente: LA PATRIA
