Mientras mi protectora leía los periódicos en voz alta para que este pobre cieguito pudiera enterarse de las noticias más importantes que se producen en el mundo, se detuvo en una de éstas y exclamó: “Alarila, nuestro presidente Evo será declarado “Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Habana (Cuba)!”.
Al verla tan emocionada a mi comadre cochabambina no pude menos que contagiarme de su orgullo y sacando pecho le manifesté que no será la primera vez que el Presidente recibiría ese honor sino la cuarta ya que otras famosas universidades, entre ella la de Córdoba en Argentina habían reconocido los méritos del humilde hijo de Orinoca (Oruro).
Conversando sobre el tema, Macacha me contó que ella había estudiado pocos años en una escuelita fiscal de Quillacollo y faltando poco para graduarse de “bachiller de Primaria”, su madre la obligó a interrumpir sus estudios para que la pequeña Macacha la ayudara en la preparación de chicharrones, noble tarea que no mereció el reconocimiento de la Alcaldía de Quillacollo, ni de Cochabamba y menos de la República de Bolivia, que así se llamaba antes el actual Estado Plurinacional, Multicolor y Folclórico.
Tratando de enmendar esa injusticia social le dije en un arranque de justicia: No se preocupe, comadre, porque en este momento yo la nombro “Doctora Honoris Causa de la universidad Quillacolleña del Chicharrón”.
Ella gradeció mi cariño y me preguntó acerca de mi currículum académico, contándole que soy egresado de la universidad de la life aunque tuve la suerte de hacer un curso de Periodismo en Madrid España y cuando lo concluí en vez de título universitario me extendieron un Certificado de Matrimonio con el cual retorné a la ciudad de Cochabamba y luego a La Paz.
Cuando concluí de darle la noticia acerca de mi formación profesional, ella volvió a hablarme en un supuesto latín y repitió algo acerca de su currículum y de mi currículum, le aconsejé que no los volviera a repetir, a no ser que acentuara fuertemente la “i” porque la gente indocta podría pensar que ella se está refiriendo a su trasero y al mío, siendo lo más aconsejable usar la frase en español que dice “hoja de vida”.
Volviendo al tema del presidente Evo que acaba de recibir el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Habana, la cochabambina me dijo: “si nuestro presidente Evo ya ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por cuatro universidades, ¿cuántos títulos honoris causa merecerá nuestro Vicepresidente Alvaro García Linera que ha leído más de veinte mil libros…?
La pregunta de la cochabambina me dejó absorto y no supe qué responderle, reconociendo solamente que en Bolivia tenemos hombres extraordinarios a quienes siempre les negamos los grandes valores intelectuales que poseen.
Macacha me prometió no hablarme nunca más de su currículum ni del mío.
PAULOVICH
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