Al mal tiempo buena cara, esa es la razón para escribir esta columna de forma no habitual.
Como sucede cada cierto tiempo, las historias sobre el fin del mundo y otras como las que aparecieron últimamente referida a la invasión de extraterrestres, son inventadas por mentes inconsistentes y menos preparadas; por lo tanto, fáciles de convencer. Seguramente, no encuentran otra ocupación más útil y empiezan a divagar, para evadirse de la realidad que vive el mundo actual.
Historias de extraterrestres aparecen en los medios de comunicación, haciendo que se preocupen los más débiles y se enojen aquellos que tienen alguna instrucción más o menos aceptable y conocen que, lo desconocido, no tiene asidero científico; por lo tanto, no puede ser probado… pero tampoco rechazado.
Los sitios en Internet, son los que más elucubran sobre estos temas. Un informe aparecido hace unos días expresa de manera contundente. “Wikileaks recientemente publicó muchos documentos clasificados que prueban que la NASA y funcionarios de Estados Unidos de alto nivel son conscientes de que tres naves espaciales llegarán a la Tierra los primeros meses de 2012 y ya estarían haciendo planes para luchar contra los visitantes del espacio”.
Los encuentros con ovnis, de acuerdo a esos informes, siguen aumentando y los científicos del Seti (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) hicieron un anuncio importante: “tres naves espaciales gigantes se dirigen hacia la Tierra. La más grande de ellas es de 200 millas de ancho. Las otras dos son ligeramente más pequeñas. En la actualidad, los objetos se desplazan únicamente por Júpiter. A juzgar por su velocidad, deben estar en la Tierra a principios de 2012, dijo el experto en extraterrestres, John Malley.” Más adelante, afirma que esa incursión de extraterrestres, no sería para nada pacífica.
Basados en ese informe podríamos deducir que a nuestro planeta tierra (y a nosotros los humanos) nos queda pocos meses de vida; de manera que se acabarían nuestras penurias; nuestros odios se esfumarían; nuestras esperanzas se verían frustradas. Pero, los más afectados serían los cocaleros que no podrían sembrar más coca excedentaria, ni los narcotraficantes podrían ya obtener jugosas ganancias con el apoyo de narcopoderosos. Se borrarían las fronteras, de manera que desaparecería el contrabando. Pero lo que más alegraría es que los nuevos miembros del Órgano Judicial, que serán elegidos entre los ya seleccionados con anterioridad, apenas tendrían pocos meses para aplicar las leyes, a la manera solicitada expresamente por el Órgano Ejecutivo.
Y no sería la carretera que pretende atravesar el Tipnis la que destruya la vida silvestre y el ecosistema del Parque Nacional Isiboro Sécure; serían los extraterrestres los que se encargarían de esa tarea. Tampoco el señor Presidente cumpliría su anhelo de gobernar 50 años; salvo que, los movimientos sociales y los ponchos rojos los degüellen como al perrito de Achacachi, o los metan en las cárceles sin juicio alguno. Pero ojalá que no vengan a marchar, porque de eso ya estamos cansados, o más que eso.
Por lo menos… esa es mi opinión.
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