Gracias a mi inquieta y movediza pariente espiritual a quien Dios puso en mi camino, puedo trasladarme de un lugar a otro en mi motocicleta Harley Davidson y continuar con mi oficio de periodista, hallándome actualmente en Cochabamba para ser testigo de la emoción patriótica de los vallunos en su efemérides Departamental del 14 de Septiembre.
Esta movediza cholita piensa en todo y tuvo la sorprendente proposición de trasladarnos a la ciudad de New York para depositar un ramillete de flores cochabambinas en el sitio donde estuvieron las torres gemelas destruidas un 11 de Septiembre, hace diez años.
Cuidando mi poco dinerillo y los muchos que ella posee la hice desistir de su buen propósito y enviamos las flores recogidas en Colcapirhua al Cónsul de los Estados Unidos en La Paz.
Al ver frustrado nuestro viaje relámpago a New York, me propuso ir al encuentro de los sacrificados marchistas benianos para abrazarlos en Yucumo y ayudarlos en el caso de que éstos fueran atacados por las huestes oficialistas preparadas por un famoso Senador de apellido Surco.
Yo acepté la sugerencia de mi comadre Macacha y recapacitando un poco le contesté con la valentía que me caracteriza: esa es una misión peligrosa y no quiero exponer su vida, comadre, yo iré solo al encuentro de los marchistas.
Ella no aceptó mi valerosa decisión y acordamos encontrar a los marchistas benianos cuando lleguen a La Paz.
Los propósitos viajeros de mi comadre cochabambina no se cumplían hasta que mi comadre dio un grito de felicidad para luego decirme: “Viajaremos hoy a Santa Cruz porque por vez primera en nuestra Historia, una mujer policía asumirá el cargo de Comandante de la Policía en el Departamento de Santa Cruz”.
La noticia me sorprendió gratamente y nos dirigimos a la capital oriental para felicitar a la señora Lily Cortez, Coronel de la Policía.
Mientras esperábamos nuestro turno para felicitar a la nueva Comandante de la Policía Departamental de Santa Cruz dije a mi comadre cochabambina que por vez primera en más de seis años del periodo Evo Morales veo una designación cabal de un alto funcionario en el cargo que le corresponde. El nombramiento de la Coronela Lily Cortez es justa y cabal.
Expliqué algo de mi entusiasmo diciendo a mi comadre que la mujer, toda mujer, ejerce labores policiales con toda naturalidad pues sospecha de un delincuente aun antes de que éste cometiera un delito. Toda mujer anda permanentemente en busca de las pruebas de un delito y se entrena todos los días en registrar los bolsillos de su cónyuge en la búsqueda de la menor prueba de un posible delito. La mujer huele el delito y por eso me maravillo ante la designación. Cuando Macacha ingresó a felicitarla, me quedé pensando en esa designación que me parece acertada, o como decimos en mi pueblo: “Esta vez la achuntaron”.
PAULOVICH
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