Los conquistadores nos dejaron todo: mañas, rapacidad, voracidad, raíz y servilismo de pongos. Heredamos la holganza con el nombre de feriados, tolerancia, onomásticos del rey y del santo. Aniversario de la ascensión del Señor y del bárbaro que tomó el poder para sentarse sobre las espaldas del pueblo. De ahí, que los dictadores, mayordomos, corregidores se creyeron amos y dueños gracias al proxenetismo colonial de los ayer, hoy y siempre.
¿Qué nos estamos descolonizando? Cada día somos más colonos y vil servidumbre del amo de turno. La Constitución y las Leyes son para embolsicárselas al estilo melgarejuno, para metérsela allá dónde el sol no mora, menos ingresa con sus rayos vivificadores.
Una dirigente masista hacía alusión a la corbata republicana, cual símbolo de la colonización (1). No hace referencia a la sordera colonial de los actuales gobernantes que como en la Colonia a los originarios les decían: "Las leyes se acatan, pero no se cumplen".
Las pruebas, se las pasamos pues, la historia registra de esta manera los hechos:
a) Julián Tupac Katari tuvo que peregrinar al Virreinato de Buenos Aires, - La Plata - buscando justicia durante la Colonia, previo a las insurrecciones que conmovieron América india en los años 1782-83, conocidos como los cercos a La Paz, el Grito de Tinta en el Cuzco por Tupac Amaru. Lo hizo a pie sin las ventajas de hoy pero, caminó en su afán de justicia (2).
b) Nadie lo escuchó como en el presente los originarios orientales, de distintas etnias caminan con sus niños, con sus viejos, desde Trinidad hacia La Paz, cruzando cordilleras. ¿Las diferencias? Son de tiempo, de épocas sin embargo, el colonialismo persiste con o sin corbata, porque simplemente la corbata es una moda, una evolución de un lujo de la sociedad occidental que incluso se puede clasificar como un subjetivismo. De ser así, don Félix Cárdenas, viceministro de Descolonización, habla con tal desconocimiento de los hechos que asombra. En el siglo XVII, época de las magníficas insurrecciones don Julián Tupac Katari, caminó solo. Fue un kolla auténtico indígena
de raíz y de sierpe. Nadie lo escuchó y de ahí la famosa frase que floreció en el colonialismo y se la repetimos: "Las leyes se acatan, pero no se cumplen". Luego vinieron los alzamientos, los cercos a la ínclita ciudad de Nuestra Señora de La Paz.
Los cercos indígenas fueron una respuesta a la sordera constitucional de los españoles. Hoy, se repite, como un ciclo pero esta vez, el mestizaje insurgente, el cholaje emergente que no es legítimamente de raíz y sangre india, sino mezcla, no escuchan como hace cinco siglos, los ignoran con la agravante que el distinguido señor presidente del Estado, reivindica ante sí y para sí, su origen aymara no acudiendo a la cita que invocan los orientales. ¿Paralelos colonialistas?, ¿De qué colonialismo corbatuno (3) hablamos?
Final: Los cercos a La Paz comenzaron bien y terminaron mal. Los españoles, mataron a todo familiar de sangre y carne de los caudillos indios: abuelos, nietos, bisnietos y yernas para escarmentar a "la raza maldita y desobediente al soberano."
(*) Escritor
Referencias:
(1) Declaraciones registradas en la Razón periódico boliviano en fecha 17/8/2011
(2) El Indio en la Independencia del autor boliviano don Alipio Valencia Vega. Tupac Katari, por Boleslao Lewin
(3) Aplicamos el neologismo nuestro corbatuno
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