El cabildo del 05/09 realizado en la zona Sur de La Paz, convocado por los municipios de Palca, Mecapaca y Achocalla, representa algo que conocemos: existe conflicto de límites entre municipios, lo cual es reflejo de lo que ocurre en todo el país puesto que alrededor del 15% de los 337 municipios tienen definidos sus límites.
Ello no debería ser así puesto que un municipio es creado por medio de una Ley Nacional, y en ella se determinan los límites, razón por la cual cada municipio posee delimitación territorial establecida; una de las causas prácticas es que muchos ciudadanos aprovechan las falencias existentes para hacer de las suyas, en donde tenemos quienes pagan impuestos de bienes muebles e inmuebles en Palca, Mecapaca y Achocalla, pero votan para autoridades del municipio paceño.
De igual manera, tenemos otro frente de conflicto que trata de los llamados “límites ancestrales” que los municipios que rodean a La Paz argumentan para reivindicar territorio. Recordemos que Palca, Mecapaca y la zona Sur de La Paz pertenecen a la Circunscripción Electoral Nº 9 (C-9) en la cual, desde 2005, ha ganado el MAS, pero ahora se da la figura que con el rompimiento de la alianza MAS-Movimiento Sin Miedo, el diputado uninominal Fabián Yaksic elige a su partido (MSM) y el MAS pierde este curul, por lo que la política está de por medio.
Alcaldes y dirigentes de Palca, Mecapaca y Achocalla afirman que es un tema de bastante tiempo atrás; ellos tienen todo el derecho de efectuar reivindicaciones históricas, pero también quienes vivimos en Llojeta, Obrajes, Calacoto, Cota Cota, Alpacoma y otras zonas, tenemos voz propia y nadie puede arrebatarnos el derecho ciudadano de libre expresión y el de libre elección, decimos esto ya que dirigentes campesinos quieren que la zona Sur de La Paz tribute en otros municipios que no sea el paceño, pero para poder reclamar algo es necesario demostrar que con lo poco que se tiene se hace buenas obras, y no basta con emplear conceptos políticos.
De ser así, entonces el Beni debería empezar a reclamar sus “límites ancestrales” que incluyen a Pando y a la parte norte del departamento de La Paz; el municipio paceño debería solicitar que El Alto retorne bajo su control municipal; Caranavi lo propio con Palos Blancos y así debería repetirse los reclamos en todo el país. Existen personas que quieren generar conflictos por doquier, sea para atacar al Gobierno o para derrocar a la oposición en los lugares en donde posee fuerza.
El Ministerio de Autonomías posee la última palabra, puesto que es la instancia definitiva que (re)delimitará, pero dicha entidad que depende del Órgano Ejecutivo del Estado debe sentar en la mesa tanto a dirigentes campesinos como a los vecinos de las zonas reclamadas y, finalmente, como ocurre en cualquier país del mundo, los que deben tomar postura son los vecinos de cada zona, ya que nadie debe ni puede decidir por uno mismo.
No podemos negar el conflicto de límites que existe; es necesario limar asperezas para el progreso del departamento en su conjunto. Toda petición es válida, siempre que esté fundamentada y no amparada en cálculos políticos, pero tampoco se pueden permitir amenazas y acciones de hecho, sea del bando que fuese.
(*) Abogado y docente universitario
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