En nuestro país, sea en el gobierno de las derechas o de izquierdas, las luchas sociales son las mismas y con las mismas prácticas populares. Entre estas luchas y los modos de protestar, por el sector afectado son: Marchas, bloqueos, huelgas de hambre, crucifixiones y entre otros. Pero al fin, todas estas medidas son luchas sociales.
Como estas palabras son muy comunes, merece ver algo de su origen. La palabra “lucha”, deriva de la voz latina “lucta”, que significa combate cuerpo a cuerpo. Y en la antigüedad, los romanos eran los más fanáticos a la lucha. Y el término “social” también procede del latín “socíus”, que quiere decir “compañero”.
La conjugación de ambos, es la “lucha social” de compañeros” en contra de quienes no son sus “compañeros”. En este caso contra el gobernante de turno. Por lo tanto, la voz latina es tácita, porque en una marcha no pueden estar los que no son compañeros, los que no consienten con una demanda o un interés común. Además, tiene que haber una homogeneidad en los intereses o demandas. Y en el frente está el que no es “compañero” o el “ex compañero”.
Es el caso actual sobre los marchistas del Tipnis y el gobierno, algunos actores del gobierno son ex compañeros de los pueblos indígenas, pero ahora no solo que son ex compañeros, sino que son “enemigos” de los indígenas, al menos así los han calificado los marchistas.
Y como el caso Tipnis, ya es tema sonado, lo que está ocurriendo es que el gobierno, al que le hemos llamado o le llaman gobierno “indígena”, los califica a los marchistas indígenas como que no tuvieran “razón”, se lo mediatiza y se ataca con saña.
Los golpes verbales vienen, en algunos casos, más sutiles y otros más duros. Pero lo que llama, de sobremanera, la atención es que los ministros q’aras son los más sañudos, son los que se estrellan contra los marchistas con toda la animadversión. La pregunta es, ¿El gobierno es “gobierno indígena” o es “gobierno q’ara? Porque si el gobierno es “indígena”, entonces debe respetar a otros similares, y sino lo es, pues cambia la situación. Porque en su lógica (el q’ara) parece entender que el indígena, en su gran parte, sigue siendo menor de edad, al que hay que jalarles las orejas para que entiendan.
Finalmente, otro asunto sobre el Tipnis, por ejemplo, es la declaración de Fernando Vargas, presidente de la subcentral del Tipnis, (Radio Erbol, en directo con Pedro Gemio 1-09-011) quién afirma que “Evo sigue siendo el presidente del Chapare y no de todos”, ¿porqué?, “porque cuando los del Chapare le llaman, él (presidente) corre inmediatamente y no dice que no tiene tiempo”. Estas declaraciones, hacen pensar que existieran privilegiados y discriminados indígenas en el gobierno y por los ministros q’aras (éstos por llunk’us usufructuarios).
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