El problema energético en Bolivia ha tocado fondo por la falta de una política energética y un Plan Nacional de inversiones, especialmente en la generación eléctrica a largo plazo, lo que ha dado como resultado racionamientos en todo el país, situación que al principio quisieron ocultar las autoridades gubernamentales con declaraciones confusas, tratando de minimizar el problema de fondo, implicando inclusive a las generadoras y distribuidoras con argumentos poco serios, que al final cayeron por su propio peso.
El anunciado cambio del huso horario a partir del 20 de septiembre oculta otro problema mayor que es la crisis energética por falta, como en todo, de un plan de gobierno adecuado en este campo. La potencia ofertada de generación de 1,200 Mw, contra una demanda de 1,010 Mw, es insuficiente, y hace peligrar el mantenimiento de una reserva adecuada, lo que hace que nos acerquemos a un peligroso desbalance entre la oferta y la demanda, considerando que muchas unidades de generación tienen recesos insoslayables en la producción energética, por un programa de mantenimiento obligatorio y por políticas exigidas por los fabricantes de los equipos.
La nacionalización de tres empresas generadoras, realizada al calor de una especie de fiebre nacionalizadora, sin planes de expansión de estas empresas, menos con el crecimiento de la demanda que en los últimos años llegó a un 7%, generó el desbalance al que nos referíamos.
Para empeorar las cosas, en la capitalizada Guaracachi no entró en servicio el ciclo combinado, por la quema de un generador, que al principio debería haber aportado unos 40 Mw, hasta llegar a 80 Mw de aporte al Sistema Interconectado Nacional. No se sabe por qué causa, el gobierno ocultó deliberadamente este grave hecho y tuvo que enviar a Houston el rotor para su reparación. Otras piezas también dañadas, como el estator que se está reparando en el país: Nadie dice quién o quiénes son los culpables de ese irresponsable y poco profesional manejo, cuánto le costó al país y otros detalles que deben ser aclarados..
Los paliativos, como el uso de focos ahorradores y el cambio del huso horario son insuficientes, como lo manifestaron los conocedores del tema, el Senamhi y expertos en Física de la UMSA, coincidieron en que serán más los inconvenientes por ese adelanto de una hora a partir de este mes, que los beneficios que no llegan a un 2% de ahorro en la demanda.
La solución está en elaborar una nueva ley de Electricidad, que garantice las inversiones y exista la seguridad jurídica que ampare las inversiones, asegurando que no serán nacionalizadas por motivos enteramente políticos, sin un Plan Energético Nacional.
Lo mismo sucede con el tema hidrocarburífero, que ha frenado las exploraciones para hallar reservas de petróleo y gas principalmente, con el riesgo de incumplir los contratos internacionales de venta de gas, y aún peor, lograr satisfacer la demanda interna para la industrias, poniendo en riesgo la industria siderúrgica del Mutún que necesita gas para sus operaciones.
En este caso también es prioritario el promulgar una nueva Ley de Hidrocarburos con incentivo a las inversiones y la seguridad jurídica correspondiente, para que consorcios internacionales se animen a invertir en el país.
Estas inversiones se ven frenadas además, con las consultas y participación enmarcada en la Ley No. 3058 y el D.S. No. 29033, que es un procedimiento obligatorio para la obtención de la Licencia Ambiental, cuando la actividad se da en los territorios indígenas campesinos, lo que demora los procesos de inversión y por las exigencias sin contenido ambiental de los pueblos indígenas.
Hace falta una política energética seria, una nueva Ley de Hidrocarburos, una nueva Ley de Electricidad, un Plan Energético Nacional a largo plazo y la consulta oportuna a los pueblos indígenas como señala la CPE.
Por lo menos…esa es mi opinión.
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