Entre los múltiples temas que Benedicto XVI abordó durante los cuatro intensos días de evangelización en la JMJ en Madrid 2010, por su importancia capital sobresale uno que tal vez para algunas personas ha pasado un tanto desapercibido. Se trata de la Verdad, tema al que el Papa se refirió varias veces, pero muy especialmente en el discurso a los jóvenes profesores universitarios el viernes 19 de agosto en el imponente marco histórico y cultural del Monasterio de El Escorial.
A primera vista ese tema parece especulativo y teórico y lo es. Pero, sin embargo tiene una gran repercusión en la vida humana, tal como se ve en el interrogatorio que Pilatos sostuvo con Jesús. A la pregunta sobre si era rey, Jesús le respondió “Tú lo dices y para esto he venido al mundo para dar testimonio de la Verdad. Todo el que es de la Verdad escucha mi voz”. La respuesta de Pilatos “¿Qué es la vedad?”, descubrió el talante escéptico y pragmático de un juez que, a pesar de estar convencido de la inocencia de Jesús, le condenó a la muerte de cruz (Jn 18, 33-38).
La posición de Pilatos es muy común también en nuestro tiempo. Muchas personas se interesan por las discusiones sobre religiones y cosmovisiones, de moda ya en tiempos de San Pablo en Atenas (Hch 17, 19-34). Pero frecuentemente la motivación principal de ese interés es simplemente satisfacer la curiosidad o ampliar conocimientos sin comprometer su vida en la Verdad.
El Papa se refirió a la búsqueda de verdades científicas y técnicas que se desarrolla en las universidades y centros de investigación, que está reducida normalmente dentro de las respectivas especialidades profesionales. Este conocimiento, si bien es legítimo y necesario ya que contribuye al bienestar material del hombre, sin embargo, no llega a orientarle acerca de su destino final transcendente.
Para corregir esa limitación Benedicto XVI mostró el horizonte de búsqueda de la Verdad Plena, recordando que ésta fue una de las finalidades claves que movió a la Iglesia durante la Edad Media en Europa y también en la actualidad a fundar universidades para unificar las diversas ciencias a través de la filosofía y de la teología hacia la Verdad Plena. Lamentablemente en la mayoría de los casos se ha perdido hoy esa visión de unificación.
La Verdad Plena se refiere en último término al misterio de Dios, su relación con el espíritu humano hacia su destino final. Esta búsqueda es tan crucial que ninguna persona consciente la debería soslayar. De lo contrario se expone a malgastar su vida con objetivos temporales, simplemente materiales y en definitiva caducos.
La búsqueda de la Verdad Plena necesita que cada hombre reflexione no sólo sobre los conocimientos recibidos a través de la educación y tradición familiar y cultural, sino también sobre los adquiridos por su propia inteligencia, incluida la intuición estética, mítica y mística, abierta a la posible revelación de Dios en la historia, todo ello a la luz de la razón y en un clima de humildad y de oración.
Benedicto XVI recogió también un aforismo del gran filósofo Platón (427-347): “Busca la verdad mientras eres joven pues si no lo haces luego se te escapará de entre las manos” (Parménides, 135d). La juventud es el tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la Verdad. En efecto, la experiencia muestra que una persona en la adultez vive agobiada por los problemas y preocupaciones que acaparan su actividad y cuando llega la senectud no pocas veces se ha disminuido su capacidad intelectiva. Por eso podemos añadir a ese aforismo otro complementario: “Se es joven mientras se busca la Verdad”.
También el Papa subrayó que no se trata tan sólo de conocer teóricamente la Verdad, sino que ésta debe ponerse en práctica en la Caridad y que recíprocamente ésta debe estar basada en aquélla en una permanente interacción entre ambas para acercarnos a la “ortodoxopraxis”, neologismo con el que designamos en términos filosóficos la vinculación intrínseca entre la teoría y la praxis.
Este tema sobre la Verdad puede parecer abstracto y reservado únicamente a las personas con estudios superiores, pero no es así. Todo ser humano está llamado a buscar la Verdad Plena, que a quienes hemos recibido el don de la fe se revela en la persona de Jesús, tal como Él mismo lo afirmó: “Yo soy la Vía, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Él prometió enviarnos a la Rúaj (Espiritu) de la Verdad que nos impulsa al conocimiento y al seguimiento de Jesús. Viviendo en Él comprendemos el plan de Dios al crear al hombre para formar la familia humana, llamada a integrarse en la familia divina trinitaria. Este es el gran ideal al que debe tender todo hombre para alcanzar la verdadera Felicidad más allá de la muerte.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.