El fútbol en las provincias se juega por orgullo y amor a la camiseta

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En estos últimos tiempos queda claro que el fútbol se mercantilizó demasiado, motivo por el que se mueven millones de dólares, particularmente en los torneos internacionales, menos mal todavía existen campeonatos en que los integrantes de los equipos visten la camiseta por amor y orgullo de ser parte de un equipo.

Ello sucede en diferentes provincias del departamento de Oruro, en los torneos denominados “relámpagos”, que tienen una duración de dos o tres días e incluso en algunos casos de sólo día, con equipos muy bien organizados. Lo que llama la atención es que en su mayoría los integrantes de cada equipo son jugadores que por diferentes motivos no precisamente radican en esa población a pesar de haber nacido ahí.

Los campeonatos relámpagos habitualmente se desarrollan en el aniversario de una determinada población, en algunos casos durante las fiestas religiosas, o también se aprovechan los días de Semana Santa o durante las fiestas patrias del 6 de Agosto.

En la mayoría de los casos, al margen de los trofeos, se hace entrega de un cordero, una llama o finalmente el premio más codiciado por los equipos, una vaca, sin descartar los premios económicos para incentivar a los participantes.

El equipo se integra con jugadores o en este caso jóvenes que viven en la población, en una mínima parte, la mayoría son personas que por diversas razones emigraron a las ciudades, ellos, sabedores de la fiesta futbolera en su pueblo, llegan con mucho entusiasmo y en la mayoría de los casos son quienes llevan la indumentaria para su equipo.

En otras oprtunidades la gente que quizás tiene los años encima, pero todavía quiere ser parte de la fiesta deportiva, con unos pesos más se lleva un refuerzo, en otros, fueron jugadores de la Liga los que vigorizaron determinado equipo. Lógicamente el contar con un futbolista de mucha talla, enorgullece no sólo a los integrantes del equipo, sino más bien a la comunidad a la que representan.

“A mi pueblo le llevé a jugar a Alejandro Bejarano, cuando estaba en la selección nacional y era capitán de San José, eso llenó de orgullo a mi familia y a todos los que participaron en el campeonato”, comentó don Marcelino Ayca, quien nació en la localidad de El Choro, pero que radica en la ciudad de Oruro.

Es uno de los tantos casos que se verificaron a lo largo de los años, lo que pasa es que al margen del cantidad de equipos que intervienen en el campeonato, la competencia agarra colorido con la presencia de algún jugador de renombre nacional o en algunos casos internacional, porque no faltó algún futbolista argentino que llegó a jugar en alguno de esos certámenes futbolísticos.

El nivel técnico es lo de menos, lo importante es la presencia de los equipos, el juego entre paisanos y lo mejor de todo la premiación al final de la competencia, en la mayoría de los casos, la forma de celebrar el triunfo es carnear la vaca que recibieron como premio y mientras los ganadores ch’allan el primer lugar, las mujeres preparan un gran asado que es compartido por todos los integrantes del equipo, incluidos sus familiares, sin duda es una forma diferente de celebrar un título.

El campeonato pasó, la gente disfrutó de la fiesta del fútbol, los equipos en muchos casos a pesar de no haber ganado nada, no dejan de celebrar el reencuentro entre paisanos, luego viene la fiesta del pueblo o el desfile, si el torneo se realizó en los días de las fiestas patrias. En fin, lo importante es que de alguna manera se desarrolló un campeonato el cual sin duda volverá a ponerse de manifiesto el próximo año.

Fuente: LA PATRIA