Lunes 05 de septiembre de 2011
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Es voz común decir que Bolivia es un país rico. La riqueza de un país no está en sus recursos naturales. Los países ricos los son no tanto por sus recursos naturales, sino por la preparación de su población y la calidad de las instituciones que soportan la actividad económica.
Educación y legalidad, expresada en el respeto a la ley y en la calidad de las instituciones, son para las naciones su verdadera riqueza.
En nombre de la igualdad no se puede sacrificar la calidad, desvalorizar el esfuerzo y el talento o inteligencia. Las sociedades crecen al empuje de los mejores.
Si alguien se pregunta por la fórmula para acelerar el aprovechamiento de un país, los ingredientes están a la vista: debilitamiento del sistema educativo, de las instituciones y de la legalidad. Para impulsar el desarrollo del país la educación es fundamental. De las instituciones educativas saldrán las luces y políticas básicas para el cambio cultural del país.
(*) juvenaljarjury@gmail.com