La anunciada lectura de la sentencia contra el ex general de policía, René Sanabria, más conocido como el “narco-general boliviano”, postergada por la jueza de Miami, Ursula Ungaro, hasta el 23 de septiembre próximo, coloca a Bolivia en la vitrina del mundo como el “narco-Estado” investigado no sólo por los órganos oficiales de los Estados Unidos, sino por las grandes cadenas de televisión del país del norte, Europa e, inclusive, Brasil, cuyos reportajes son difundidos periódicamente con caracteres de alarma mundial.
La conspiración de Sanabria contra los Estados Unidos, no tendría la connotación que ha alcanzado en la opinión pública internacional, si se tratase de un hecho delictivo individual. Lo que marca el contenido de la alarma mundial, son sus declaraciones frente a la justicia norteamericana, en las cuales involucra a por lo menos, 64 personas entre policías y “autoridades de gobierno” o “pertenecientes al aparato estatal jerárquico”, de acuerdo con las versiones procedentes del país del norte.
El escándalo, sin embargo, podría alcanzar mayor grado de importancia al interior de la política boliviana que en el propio EE.UU., donde el “narco general” cumplirá “una condena negociada”, en el peor de los casos, hasta de quince años, junto a su supuesto cómplice, el ex oficial Marcelo Foronda Azero.
Estas investigaciones, especialmente, las realizadas por las cadenas de televisión revelan que las “confesiones de Sanabria” podrían reflejar algunos antecedentes que aproximan a “medios oficiales” a las actividades ilícitas del narcotráfico, incluyendo, a un ex general que desempeñó funciones de comandante de la Felcn y comandante general de la Policía Nacional, en el presente periodo gubernamental. “Hasta dónde éste cáncer alcanzó las estructuras de Palacio Quemado”, dijo en tono de pregunta un parlamentario boliviano que se encuentra en Miami.
Este cuadro que se ventila en el plano internacional, además del hermetismo con que manejan el caso en las oficinas del fiscal Brian Dobbins y de la jueza Úrsula Ungaro, configuran un escenario de desprestigio contra Bolivia, de hecho, ya estigmatizada por las tendencias políticas que enfrentó el país a través de su historia, tanto en periodos dictatoriales como en la propia democracia que vivimos desde hace 30 años.
Un hecho patético, similar al que vivimos, ha significado el golpe de Estado de 1980, protagonizado por Luis García Meza - Luis Arce Gómez, cuyos personajes purgan sus delitos en la cárcel de Chonchocoro, previo cumplimiento de una condena por narcotráfico en el Estado de Florida (EE.UU.), por este último, considerado en su momento como el “ministro de la cocaína” que manejó el país con “puño de hierro”. No constituye, sin embargo, el único caso manejado desde las esferas de gobierno. También está el asesinato del científico boliviano, Noel Kempff Mercado, en Caparuch, el encarcelamiento de un alto jefe político por vinculaciones con famosos narcotraficantes y las sospechas que nunca se aclararon, en el denominado caso “narco avión”.
El ex general Sanabria, de esta manera, no constituye el único ejemplo de complicidad, ni el primero que se coloca como principal protagonista en la comisión de delitos de tráfico de drogas a nivel internacional. Son conocidos mundialmente los "narco-dictadores”, Manuel Noriega (Panamá) y Anastasio Somoza (Nicaragua), quienes en su momento fueron capturados y purgaron sus delitos en cárceles de ese país, dicho sea de paso, ambos sentenciados por la misma jueza de Miami, Ursula Ungaro.
El estigma que pesa sobre Bolivia y los bolivianos, en todo el mundo, tuvo un momento de “retroalimentación”, en palabras del propio Presidente del Gobierno plurinacional. En tono de protesta y en un escenario nada conveniente para los intereses del Estado, denunció que el gobierno norteamericano, “detrás del caso Sanabria, esconde la presunta intención de desprestigiar su gestión”, además de expresar: "De verdad, quiero decir, tengo mucho miedo al gobierno de Estados Unidos porque conozco sus operadores políticos" y que ese país "siempre el narcotráfico maneja con intereses geopolíticos".
Lamentablemente no fue el único que manejó el tema desde el punto de vista de “la denuncia y el contra ataque”, a partir de la detención de Sanabria en los Estados Unidos. El jefe de bancada del MAS en Diputados, reaccionó con vehemencia, al calificar al ex "zar antidroga" como "traidor" y anticipó que en el proceso se puede, "incluso" tratar de involucrar al presidente Morales, en el problema.
Las vinculaciones de Sanabria con delitos de narcotráfico y la sobredimensionada campaña mediática gubernamental, en defensa de su imagen, sólo perjudica a los bolivianos, tanto a quienes vivimos en el interior del país, como y muy especialmente, a quienes se encuentran con residencia eventual en otras naciones, mientras crece “como bola de nieve”, el escándalo que ya es parte de la dramática Historia de Bolivia.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.