Domingo 04 de septiembre de 2011
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¿Place a Dios que se le cante a coro? Todo creyente sabe que Dios lo oirá así le hable solo o en conjunto. La religión es cuestión de conciencia mientras que la fe y la oración es asunto de congregaciones, dada la condición gregaria del hombre que todo lo emprende acompañado.
La música coral surge de la entraña social. Se canta en coro para ir a la guerra, festejar, trabajar o rogar a los poderes sobrenaturales. En cambio los himnos, misas, vísperas y demás expresiones de la música litúrgica tienen un destino específico: alabanza o contrición.
En principio, los coros litúrgicos se interpretaban obligatoriamente en latín, debido a que la autoridad católica estaba asentada en Roma y era sede de San Pedro, primer Papa. No es sino hasta el Concilio Vaticano II (hace poco más de 30 años) que se autoriza sustituirlos por la lengua vulgar, es decir la del país en que se realiza el oficio sagrado. La liturgia en latín dio origen a la música eclesiástica cristiana durante casi dos mil años. Palestrina es una de sus cumbres.
Fuente: LA PATRIA