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Sábado 03 de septiembre de 2011

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Revista Tu Espacio

PORTAL DE LA SABIDURÍA

Eterno Presente

03 sep 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: El Alquimista

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Nuestras vidas transcurren desde el nacimiento hasta la muerte, desde el momento en el cual se incorpora nuestra consciencia al espermatozoide y óvulo elegidos por ley divina para dar forma a nuestros cuerpos materiales hasta el instante en el cual, también por ley, nos corresponde dejar estos cuerpos finitos para tener un descanso, si es que lo merecemos. El hilo de la vida es una sucesión de instantes en el eterno presente unidos unos con otros mediante la aguja del tiempo que transcurre imperturbable en su vibración, al influjo del ritmo de la madre naturaleza en sus ciclos recurrentes formando un magnífico collar de perlas preciosas.

Cada instante es el resultado del cruce de dos realidades: El evento externo con el estado interior, la realidad material-energética externa con la realidad energética-espiritual interna. Nuestra existencia de instante en instante es bipolar, es dual, se desarrolla en dos aspectos al mismo tiempo, la horizontal de la vida que es lo que va ocurriendo de nuestra piel para afuera y la vertical de la vida que es lo que va aconteciendo dentro de nosotros, en las profundidades de nuestra psiquis, siempre manifestándose la maravillosa cruz en el eterno presente.

Lo triste de nuestras vidas es que casi nunca estamos conscientes de lo que está ocurriendo en ambas realidades al mismo tiempo. O nos identificamos totalmente sólo con el evento externo olvidándonos de nosotros mismos, o estamos totalmente identificados sólo con lo que está ocurriendo en nuestro interior, olvidándonos del entorno externo. Despertar conciencia significa vivir el presente plenamente conscientes en ambas realidades al mismo tiempo, en perfecto equilibrio, de lo interno con lo externo, alineados en las cuatro esferas de manifestación (voluntad, Mente, emoción y acción), aquí y ahora en perfecta armonía, en plenitud, libres de ataduras, expresando amor y sabiduría.

Cada instante puede ser un magnífico tesoro con el cual vamos construyendo conscientemente una existencia llena de sabiduría, belleza, felicidad y plenitud, o por el contrario puede convertirse en una pesada carga que generará consecuencias desagradables. Vivamos cada instante como si fuera el último. Pongamos en cada instante de nuestras vidas todo nuestro corazón y buena voluntad para hacer de éste una pequeña obra de arte maravillosa, una filigrana magnífica que se multiplicará convirtiendo nuestras vidas en una elegante sucesión de perlas preciosas de un collar de oro en el tiempo.

Sólo el instante presente tiene verdadera realidad, sólo en el instante presente tenemos pleno poder de crear, sólo en el eterno presente podemos desarrollarnos y crecer interiormente. El pasado es sólo un recuerdo, un registro energético de lo que ya pasó, que sólo nos debe servir como referencia para descubrir y comprender nuestros errores y debilidades para no volver a manifestarlos más. Y el futuro es sólo una posibilidad que se proyecta desde el pasado en función de cómo vivimos el presente, que puede cambiar si experimentamos cambios conscientes en el eterno presente.

No vivamos anclados en el pasado sufriendo por lo que fue o por lo que no se dio. Tampoco vivamos desesperados por la incertidumbre del futuro, esperando milagros que no se dan.

Seamos seres del eterno presente, viviendo plenamente cada instante, conscientes de las dos realidades de la cruz de nuestra existencia, expresando lo mejor de nosotros mismos en perfecta armonía con todo lo que nos rodea. Si hacemos esto estaremos cumpliendo una de las enseñanzas más poderosas del maestro Jesús: “Buscad el reino de los cielos y lo demás se os dará por añadidura”. “Expresad el reino de los cielos en vuestro interior, de instante en instante, y lo demás cosechareis como añadidura”. “Experimentad el amor y la sabiduría de Dios en vuestros Universos Interiores de instante en instante y todo lo demás lo viviréis en plenitud”.

Fuente: LA PATRIA
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