Como a la mayoría de los bolivianos, el tema de los sentenciados a cumplir muchos años de cárcel por lo que se ha dado en llamar “los sucesos de Octubre Negro", ocupó varias horas de conversación entre mi abnegada protectora y quien suscribe esta crónica.
Al difundirse la noticia vi a la cholita cochabambina derramar unos lagrimones, lo cual no me sorprendió pues ella como la mayoría de las cholitas llora cuando está triste y también llora en prueba de su contentamiento y yo la he visto muchas veces ante situaciones dolorosas y también derramar lágrimas cuando baila (ebria de colores) en los días carnavalescos y estrechándome entre sus brazos dice llorando de felicidad: “¡Matáme compadrito, matáme compadrito, por qué eres tan así…!”
Al ver que sus lágrimas no me sorprendieron, dejó el periódico a un lado y me dijo: "Estoy llorando, compadre, porque varios Generales y algunos civiles han sido condenados a muchos años de cárcel por haber cumplido las órdenes del Goni cuando éste era Presidente Constitucional de la República…”
Medité unos instantes en sus palabras y le dije lacónicamente que también a me parecía un acto de injusticia.
Automáticamente dejó de llorar y me dijo con dulzura: “Quiero hablar con usted, compadre acerca de esas condenas porque usted es en este tiempo mi único interlocutor bólido, mejor dicho: interlocutor válido”. Le manifesté que yo era desde ese instante “todo orejas” para ella, y comenzamos a conversar.
Su primera pregunta fue si yo había sido militar alguna vez, respondiéndole: solo fui militar una vez, cuando era casi un niño y fui tamborero en la Banda del Colegio Militar.
Esta revelación (producto de mi magín) le encantó, y abrazándome dijo: “Su vida se parece a la de nuestro Presidente Evo, pues él cuando era jovencito fue parte de una famosa banda que alegraba los carnavales de Oruro…”
Continuando con la amena charla, mi comadre Macacha me hizo otra pregunta maliciosa: “Si usted, compadre tuviera algunos años menos y en este momento fuera General de Ejército, ¿Acudiría a defender al Gobierno Constitucional en el supuesto caso de producirse un levantamiento popular…?”
Sonreí ante la maliciosa pregunta de la cholita cochabambina y le respondí de esta manera:
“No, pues, comadrita, usted me está creyendo un coxuáter; si yo fuera General de Ejército en este momento sería el General Paulino Huanca y habría solicitado a la superioridad ser destinado a la guerra contra el Contrabando. De esa manera, habría cumplido con una de las ilusiones más grandes de mi vida: Trabajar en la Aduana”.
Mi comadre dijo que yo era un hombre poco serio y ya no me habló sobre ese tema tan importante.
PAULOVICH
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