Por: Isaac Bigio - Desde Londres, especial para LA PATRIA
En todas las imágenes que uno ve de los antigadafistas libios hay algo que destaca. Todos los que combaten, marchan o dirigen son varones. No se conoce una sola dirigente, ministra o jefa militar de los rebeldes libios, donde las principales fuerzas árabes que les apuntalan son las de los Emiratos Unidos de Arabia y de Qatar, países donde las mujeres no pueden estudiar o rezar junto a los varones, donde ninguna dama ha sido ministra o legisladora, donde la poligamia y los matrimonios arreglados son una norma y donde el “cargo” más alto al que pudiesen aspirar es a la de ser una de las tantas esposas de algunos de los jeques. El Emir de Qatar, por ejemplo, tiene 3 esposas, a quienes les ha hecho que le den un total de 24 hijos.
Después de la caída de la residencia de Gadafi, el principal programa político de la BBC (Newsnight) hizo un reportaje donde se reconocía que el rol de las mujeres en Libia iba disminuyendo en relación a su situación durante Gadafi o a las dos revoluciones democratizantes de los dos países de sus costados (Túnez y Egipto) donde una de las características fue que ellas participaron o dirigieron marchas multitudinarias.
Hoy la única mujer libia que aparece dando arengas es la hija del dictador. Gadafi, quien llegó a ser el único jefe musulmán que tenía una guardia pretoriana compuesta exclusivamente por soldadas, también logró que la mujer libia fuera una de las que tuviera mayor libertad, educación y beneficios maternales en el mundo islámico.
Mientras hoy la OTAN le enrostra a Gadafi su autoritarismo, todos los jerarcas rebeldes fueron funcionarios suyos y no se inspiran en repúblicas multipartidarias musulmanas como la de Bangla Desh (que en 17 de los últimos 20 años ha tenido a distintos gobiernos encabezadas por mujeres) sino en emiratos absolutos donde no se permiten elecciones generales, partidos, sindicatos o movimientos por la igualdad entre los sexos.
El retroceso del poder de la mujer en Libia contrasta con lo que pasa en la América septentrional en donde en el 2010 Bachelet culminó de ser la presidenta chilena y tres mujeres fueron electas al gobierno (Laura Chinchilla en Costa Rica, Kamla Persad en Trinidad y Tobago y Dilma Rousseff en Brasil, donde se ha convertido en la primera mujer del mundo electa presidenta con más de 55 millones de votos) y en el 2011 la argentina Cristina Kirchner apunta a ser la primera presidenta reelecta en la historia del planeta.
En el mismo medio año que dura la guerra civil de Libia, en Lima, la antigua ciudad de las tapadas, viene ocurriendo una inversa revalorización de las mujeres. Su alcaldía fue disputada por dos mujeres (Lourdes Flores y Susana Villarán, la segunda alcaldesa que haya tenido dicha capital).
Perú tuvo a Rosario Fernández como primera ministra (entre el 19 de marzo al 28 de julio, haciendo que esta sea la única república americana en haber tenido a dos mujeres como jefes de gabinete en una sola década, siendo la anterior Beatriz Merino en el 2003) y a Keiko Fujimori, quien en el 2006 llegó al Congreso con la mayor votación, y luego como la primera mujer en llegar a un balotaje y haber encabezado una encuesta presidencial. Hoy tiene a Marisol Espinoza como su primera vicepresidenta.
(*) Analista internacional
www.bigio.org
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