Posiblemente sean los métodos que utilizaron los dictadores y los que se pueden usar en democracia los que sirvan para asestar golpes a la prensa y limitar su sagrada misión de informar a la comunidad, pero abiertamente, sin ningún riesgo que obligue al periodista a optar por una autorregulación o lo que es peor por la autocensura.
Han pasado muchos años de los nefastos y duros años de las continuas dictaduras en el país, periodos en los que luego de los políticos opositores se perseguía, se encarcelaba o se exiliaba a los periodistas, por tanto este gremio (el de la prensa) resultó el más damnificado en las épocas de dictaduras.
Pero increíblemente en los felices tiempos de la democracia, también se victimiza a los periodistas y si bien los métodos son otros, igualmente se atenta contra la libertad de expresión y la humanidad de los periodistas.
Una relación de hechos que se conocieron recientemente en un “coloquio de periodistas sobrevivientes de las dictaduras”, permitió resumir un largo proceso que muestra los ataques permanentes contra el periodismo y la forma en que se atenta contra la libertad de expresión, tanto en dictadura, como también en democracia.
Una serie de relatos en la voz de los afectados es testimonio de lo ocurrido hace más de 4 décadas, cuando en el país estuvieron a la orden del día los golpes y contragolpes de Estado, vulnerando las libertades ciudadanas. Fueron periodos de terror para los periodistas, de aflicción para sus familiares, de temor para los medios de comunicación, de incertidumbre total para la gente.
Lo que preocupa tras aquellos tenebrosos pasajes es que en los tiempos de la democracia vigente también hay amenazas directas y abiertas contra los mismos derechos, contra la prensa libre, limitando las libertades de expresión y la de prensa con métodos más sofisticados y aplicados bajo conceptos de respeto, precisamente a la democracia.
Lo que se denuncia en la actualidad es la “judicialización del periodismo”, con una serie de “normativas” restrictivas al cumplimiento de las más elementales tareas periodísticas, como las de informar por ejemplo en tiempos electorales, precisamente para que la gran masa ciudadana no sólo sepa que debe concurrir a las urnas, sino también conozca sus derechos de elegir sin listas precondicionadas y sin presiones, pero además conociendo a los candidatos.
Los derechos de los periodistas están siendo vulnerados flagrantemente y aunque no se quiera reconocer, existe la posibilidad cierta de “corretear” como en los tiempos de las dictaduras a los periodistas que ahora incumplan las atrabiliarias disposiciones sobre el trabajo periodístico que debe llegar a la población sin restricciones de ninguna clase.
Los periodistas de Latinoamérica y nuestro país incluido sufren la arremetida de “gobiernos demócratas” que sin embargo no respetan los derechos de las personas a informarse sin restricciones, afectan los medios de comunicación que se consideran opositores y enjuician a periodistas que denuncian a los malos administradores estatales. Parece que no pasan los tiempos en que dictadores y demócratas afectan la libertad de expresión.
Fuente: LA PATRIA
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