La integración vial con la construcción de carreteras que permitan el desarrollo que defiende el presidente del Estado Plurinacional, Juan Evo Morales, debería beneficiar a todas las regiones del país y con preferencia a la nuestra en cumplimiento a la declaratoria de prioridad para ejecutar el proyecto vial Oruro-Pisiga, obra que debía ser concluida a la culminación del primer mandato del actual mandatario del país.
Sin embargo, luego de más de medio siglo de lucha regional y pese a haberse cancelado incluso todo el costo del proyecto, en Oruro continuamos esperando que se construyan los últimos tramos con el deseo de que algún día –ojalá no sea muy lejano- podamos tener una vía expedita para continuar con la proyección de desarrollo, habilitando el primer corredor bioceánico que garantizará el crecimiento económico y social de las regiones involucradas.
El compromiso del presidente Evo Morales, “como orureño”, fue concluir hasta la finalización de su primer mandato esta importante vía que no sólo garantiza el desarrollo regional, sino que más bien permitirá contar con un nuevo eje económico de desarrollo para vincular el Pacífico con el Atlántico por Oruro y otras zonas del país.
Así el solemne compromiso asumido por el Presidente quedó en el ofrecimiento y sólo fue parte de su discurso, porque a la fecha no se iniciaron las obras del último tramo y se espera la conclusión de otro, para contar con esa carretera que es vital y fundamental para el desarrollo de nuestra región y su futura proyección económica.
Esa referencia es importante, porque en los últimos días el presidente Evo Morales emitió otro discurso motivador afirmando que "si no hay una integración vial, no habrá una complementariedad económica, ni un comercio justo para los ciudadanos de todas las regiones". Se refirió al conflicto surgido en la región del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), ante la negativa de los indígenas que rechazan la construcción del segundo tramo de una carretera para vincular Cochabamba con el Beni, pidiendo que se respete sus tierras y sus derechos.
Si el presidente nacido en Oruro, pero fiel defensor de la chapareños, habría actuado con la misma convicción a favor de la región, con seguridad, este era el momento que en todos habríamos estado trabajando en la puesta en marcha del primer corredor interoceánico y además de la instalación del puerto seco, proyecto que sólo puede ser ejecutado si tenemos una vía de acceso garantizada a las costas del Pacífico.
Empero la actitud del líder de los cocaleros, jefe del Movimiento Al Socialismo y presidente Juan Evo Morales, muestra una gran brecha entre el discurso y la acción, puesto que a pesar de haber nacido en Oruro, en Orinoca, no reclama con la misma vehemencia la conclusión del proyecto vial Oruro- Pisiga, donde no hay oposición ni rechazo y al contrario todos piden al unísono que se concluyan las obras.
Así también se puede advertir el nomeimportismo de las autoridades quienes demuestran poco o ningún interés por agilizar la construcción del último tramo entre Toledo y Ancaravi y esperan con paciencia la culminación de obras en la ruta Huachacalla-Pisiga, pese a ser un proyecto de “prioridad nacional”.
Lo importante será entonces realizar el seguimiento y el denominado “control social” que debe estar a cargo del Comité Cívico, las autoridades departamentales y las provinciales, para que la ejecución del proyecto vial Oruro-Pisiga no sufra un nuevo retraso o postergación, a los que ya nos tienen acostumbrados, por la permanente rescisión de contratos y la búsqueda de empresas que puedan ejecutar esas obras.
Si no existen empresas interesadas en ejecutar el proyecto, lo importante será convocar a las constructoras orureñas, para que formen un consorcio y puedan encarar con celeridad la ejecución del último tramo, que anuncio tras anuncio ya se convierte en otro de tantos ofrecimientos que no se concretan y sólo quedan en el discurso.
La conclusión del proyecto vial Oruro-Pisiga es de imperiosa necesidad y prioridad nacional para garantizar el desarrollo económico y social de las regiones involucradas en la ruta interoceánica y para el futuro de nuestro departamento, que merece tener un mejor trato por parte del presidente Evo Morales, para exigir la urgente ejecución de estas obras, con la misma o mayor vehemencia que asume defensa de los derechos de los cocaleros. Lo contrario será quedarnos en la postergación y el olvido por la desidia de los propios orureños.
(*) Periodista
Fuente: LA PATRIA
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