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Domingo 21 de agosto de 2011

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Revista Dominical

Ciudadano ejemplar dejó huella profunda en conciencia regional

21 ago 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Elías Delgado Morales - Periodista Profesional

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"En esta llanura propicia desde tiempos pretéritos como diría el patriarca orureño Josermo Murillo Vacareza, se modelaron mucho espíritus, al influjo de su vitalidad inextinguible", convirtiéndose luego en ejemplos de vida y culto a la amistad.

Uno de esos fue el inquieto hombre de cátedra universitaria Lic. Lino Rocha Céspedes, fallecido recientemente a consecuencia de una corta enfermedad. De espíritu afable, buenas costumbres y actitud visionaria, logró construir un espacio de relacionamiento humano destacando en la investigación de los problemas económicos, la docencia universitaria, la praxis cívica y el pionerismo social en beneficio de Oruro, a donde llegó del ubérrimo valle cochabambino hace más de seis décadas, profesándole devoto amor y respeto probado.

Este caro amigo brilló por sus sapientísimos escritos acerca de la realidad y el futuro orureños en la prensa local, amén de la edición de una media docena de libros, buceando facetas inéditas, competente economista como era.

En trabajo conjunto con quien suscribe este comentario, planteó el posicionamiento de un natural y promisor Polo de Desarrollo Nacional en Oruro sobre la base de las estructuras potenciales de nuestro departamento, Potosí, Chuquisaca y Tarija, frente al comportamiento hegemonizante del llamado "Eje central".

También contribuyó con un excepcional ensayo sobre la economía orureña en la Monografía del Sesquicentenario de la República, publicado por el Supremo Gobierno en 1976. Y recientemente con similar tema, en mi libro "Oruro, heroica y generosa", editado por el Comité IV Centenario de Fundación de nuestra ciudad.

Muchas generaciones de profesionales economistas y administradores de empresas, bebieron de su fuente en las aulas universitarias, y otras tantas, en su permanente lucha y defensa de los intereses orureños.

Rocha Céspedes, comandando un grupo de sus jóvenes alumnos, bosquejó por primera vez en 1972 la significación e incidencia económica de nuestro fabuloso Carnaval anual, trabajo que nunca más se repitió, a pesar de que son muchos "los que meten sus manos" en este tema, muchas veces atribuyéndose falsas paternidades.

Lino Rocha falleció en La Paz, siendo trasladados sus restos a nuestra capital, cuyo Gobierno Municipal inmediatamente le declaró Ciudadano Noble Post Mortem, a gestión del Comité Cívico, del que era su ilustre Presidente en funciones, donde fue elegido por unanimidad en el Congreso Regional de esa entidad.

El Lic. Lino Rocha nació en 1928, graduándose en La Paz como Químico Industrial y posteriormente Economista en la Universidad Técnica de Oruro. Concurrió a cursos de especialización en el Brasil y Chile, fundó una industria de curtiembre en 1964, ejerciendo durante 35 años la cátedra en las facultades de Ciencias Económicas e Ingeniería.

Publicó los siguientes libros de estudio y critica: Economía Regional de Oruro, Radiografía Económica de Bolivia, Administración General, en los cimientos de la Ciencia Administrativa, Cartas a Inocencio Kj’espi (mensajes a la juventud boliviana), además de varios estudios de factibilidad. Últimamente me comentó que tenía en preparación otro volumen sobre añejarías de nuestro pueblo.

En 1990 fundó la Cámara de Exportadores y presidió el Colegio de Economistas de Oruro en 1969 y 73. Gerentó por cinco años la extinguida Corporación de Desarrollo de Oruro y también la Empresa de Teléfonos Automáticos (COTEOR). En vida recibió numerosas condecoraciones y distinciones, destacando la Medalla de Oro que le otorgó la Universidad por 30 años de docencia y otra similar del Colegio de Economistas de Bolivia por servicios profesionales distinguidos. Fue también socio del Club Oruro y ejercía la Presidencia de la benemérita Sociedad "10 de Febrero", por segunda gestión.

Al cerrar este In Memoriam formulamos votos porque su memoria sea dignificada por la orureñidad y sus relaciones, a mérito de su sano ejemplo y comportamiento.

Invocando la fina y respetuosa amistad que nos unía, reactualizo la sentencia del gran Mahatma Ghandi, anhelando porque el Supremo Hacedor le privilegie en el Más Allá: "Tener amigos y enemigos es común, pero tener un amigo verdadero, es raro y un don sin precio". Paz en su tumba.

Fuente: LA PATRIA
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