Como en los tiempos de mayor crisis en el país, que han sido muchos y nos recuerdan los graves problemas que se han debido conjurar con medidas muy especiales y radicales, surge en la actualidad la sugerencia de crear un “fondo de estabilización”, utilizando para el efecto las reservas internacionales que se asegura tiene el país.
Realmente el problema se pone muy serio si se llega al planteamiento de tomar previsiones en función de una crisis que proviene del exterior, pero que igualmente nos afectará como a muchos otros países que en nuestra región confrontan problemas financieros en el sostenimiento de sus economías.
En los últimos días han surgido pronunciamientos de diversas instituciones empresariales y financieras mostrando preocupación por las derivaciones que puedan tener en el futuro por las condiciones económicas restrictivas que serán asimiladas con mayor o menor intensidad, de acuerdo al efecto que cause la crisis mundial en los mercados nacionales.
Algo que ya es evidente tiene que ver con las medidas de previsión que adoptó el gobierno dirigidas a paliar los efectos negativos de la crisis y que consisten en potenciar el mercado interno, acelerar los procesos de industrialización, invertir parte de las reservas internacionales en oro y mantener los bonos.
Si bien se trata de condicionamientos especiales que se aplicarán de manera paulatina en el país, el sector de los empresarios industriales propone crear un “fondo de estabilización” para hacer frente a una situación más grave si se profundiza la crisis. La idea es que además se pueda aprovechar el momento actual para encarar la creación de ese fondo, dadas las posibilidades que existen y que todavía no afectan severamente nuestra economía.
Los entendidos en los procesos económicos mundiales señalan que el efecto de la crisis mundial no debería afectarnos mucho al no tener relaciones directas con las economías mundiales, salvo esa dependencia de los mercados externos para la venta de nuestras materias primas, situación que cambiaría si justamente en el tiempo actual se adoptan medidas para encarar el proceso de industrialización de nuestros recursos y responder a la demanda externa con productos que tengan valor agregado y cubran los requerimientos mundiales.
El “fondo de estabilización” se convertiría en un instrumento que capte recursos en tiempos de bonanza y los convierta en ahorros para utilizarlos en periodos de crisis, amortiguando de ese modo los efectos de cualquier caída de precios en los principales productos de exportación.
Los periodos de crisis obligan adoptar proyectos de emergencia para enfrentar las contingencias coyunturales de procesos que pueden ser de periodos indefinidos en tiempo, obligándonos a establecer medidas precautorias que por lo menos nos permitan encarar proyectos productivos que aseguren el buen uso de nuestros recursos naturales para convertirlos en materia exportable cuando mejoren las condiciones de precios y valores en el ámbito de la competencia regional.
Lo que se vislumbra es un periodo de crisis con sus consecuencias y con todas las alternativas que nos obligan a tomar previsiones para estabilizar nuestra economía, sin que esto signifique disminuir los mega planes que existen para captar inversiones y desarrollar los proyectos mayores como el litio, el Mutún, y los que deben desarrollarse en materia de hidrocarburos.
Fuente: LA PATRIA
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