Lo que sucede hoy en Bolivia, no es precisamente la acción de “la oposición”, la que es prácticamente inexistente, perdida en sus propios errores y en sus actitudes que en algún momento de este “proceso de cambio”, se prestó a colaborar con el partido de gobierno, actuando como débiles entes funcionales a los propósitos oficialistas; de manera que, quienes en este momento quieren levantar cabeza como líderes de la oposición, solamente pretenden aprovecharse de la reacción de gran parte de la ciudadanía consciente, ante el avasallamiento de las instituciones y la intención de llevar adelante elecciones judiciales con candidatos preseleccionados entre personajes proclives al MAS, utilizando así a nosotros, los ciudadanos, como simples legitimadores de un proceso eleccionario absolutamente politizado.
En este momento, los conflictos que enfrenta el gobierno están protagonizados por pueblos indígenas y campesinos, los que supuestamente son base de sustentación del oficialismo. Es que un gobierno, que decía ser defensor de la madre tierra, ahora pretende destruirla para favorecer a las bases cocaleras, destruyendo el ecosistema, los bosques y la fauna; lo que es peor, el hábitat de pueblos originarios. Un gobierno que decía defender los derechos de los pueblos originarios los sacrifica en largas marchas como la que realizan los del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis). En Potosí, los campesinos están en emergencia. En Tarija y las poblaciones del Chaco los campesinos protagonizan bloqueos. Las juntas vecinales de El Alto también tienen un conflicto con el gobierno por otros temas, como la desatención a problemas que enfrentan.
Aparte de la incapacidad de los ministros para solucionar esta serie de problemas, existe una especie de intransigencia gubernamental para llevar adelante sus propósitos “quieran o no quieran” los pueblos originarios, como es el caso de Tipnis. Y no es que estemos en contra de la construcción de vías camineras, pero estas deben ser producto de una planificación adecuada, previo estudios serios de factibilidad, cuidando el ecosistema. Así, el Gobierno está yendo contra la Constitución Política del Estado aprobada por ellos mismos, ya que en uno de sus artículos expresa que los pueblos originario campesinos están en el derecho “a ser consultados, mediante procedimientos apropiados, y en particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas y administrativas, susceptibles de afectarles”
Todo lo que sucede hoy en día en el país; ésta cadena de conflictos, están deteriorando no sólo la imagen del gobierno, sino que afectan la frágil economía del Estado, la que ya tuvo un impacto negativo desde el llamado gasolinazo. Las masivas marchas que nacen con la “Marcha por la Vida” hasta la que se realizó hacen diez años “Por la Tierra y el Territorio”, han tenido consecuencias para los gobiernos de esa época, podrían tener para este.
Es necesario, que tanto el gobierno como los movimientos indígenas en conflicto, pongan más atención a la totalidad de los bolivianos, de los que en gran porcentaje sufren las consecuencias de estos movimientos problemas sectoriales. Los ministros y el propio Presidente del Estado Plurinacional, deberían adoptar posiciones más conciliadoras para evitar consecuencias fatales como la muerte de un niño a raíz de los bloqueos que evitaron el paso de una ambulancia que conducía a César, ese niño, que precisaba con urgencia una atención médica de emergencia.
Los marchistas del Tipnis, están también en peligro de contraer enfermedades o fallecer por inanición y los efectos de las altas temperaturas; pero en este caso, también el gobierno está en peligro de perder toda credibilidad y legitimidad por la soberbia con la que actúa ante problemas que podrían ser solucionados mediante un diálogo sin esa dosis de prepotencia que, como es natural, no hace sino crear una reacción humana natural de rechazo.
No vaya a ser que de ser República de Bolivia y el posterior cambio de designación a Estado Plurinacional, vaya a convertirse en un Estado Pluriconstuso, por los pluriconflictos que enfrenta en esta época.
Por lo menos…esa es mi opinión.
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