No destruyan a la Madre Tierra

Como en el año 1990, cuando marcharon por el Territorio y la Dignidad, los indígenas ahora asumen la difícil medida para frenar la construcción de una carretera que significará la muerte del bosque donde habitan desde siempre.

Son 700 los que el lunes 15 iniciaron la marcha desde la plaza de Trinidad, la capital del departamento del Beni y esperan que a lo largo de los 500 kilómetros de recorrido encuentren la solidaridad de otros que se incorporarán a la marcha.

Lo mismo ocurrió hace ya 21 años, hombres, mujeres, niños ancianos emprendieron el largo camino que debe vencer alturas de 4.800 metros sobre el nivel del mar para llegar hasta La Paz, sede del gobierno.

Hoy marchan de nuevo utilizando una medida pacífica que significa un gran sacrificio como una forma de convencer al presidente, que se reclama de extracción indígena, que no debe destruir el hábitat de los más de 30 pueblos que desde tiempos inmemoriales habitan el parque Isiboro Sécure.

Son muchas las razones por las que el Gobierno debe hacer caso a los indígenas y definir un nuevo trazo en el tramo II de la carretera.

Entre ellas y la más importante es que se destruirá el medio de vida de los pueblos indígenas a través del ingreso de los traficantes de madera, de especies silvestres y de toda la riqueza que encierra el parque.

Asimismo, es un secreto a voces que la intención de los cocaleros, base social del Presidente de los bolivianos, es expandir su frontera agrícola para sembrar más coca, destinada a la fabricación de cocaína.

El candidato presidencial brasileño José Serra bautizó esa vía como la rodovía de la cocaína, por algo será.

Las palabras del mandatario boliviano fueron respondidas por los indígenas de esta forma: “Presidente, dígame en qué momento traicionamos a la Patria, nosotros queremos paz, desarrollo, con respeto a nuestras tierras. Sus palas irán a atropellar a nuestros niños. Por eso no quieren que se dé una consulta vinculante. Entonces las lanzas y flechas estarán listas para las palas mecánicas que nos quieren destrozar nuestro territorio virgen”,

Adolfo Chávez, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia – Cidob

“El Presidente debería tener más cuidado con sus expresiones sobre las hermanas indígenas”, Celso Padilla, Asamblea del Pueblo Guaraní – APG,

“Para eso estamos luchando, para que se nos respete (…) nosotros no somos objetos para que quiera mandar a alguien para enamorar a las mujeres indígenas. Aquí se nos respeta señor Presidente”, Bertha Bejarano, dirigente indígena.

Los indígenas como en el año 1990, están en los caminos de Bolivia luchando por preservar su hábitat, su bosque del que viven y que resulta una reserva vital para el futuro de Bolivia, ojalá que el Gobierno y especialmente el presidente entienda que no debe destruir la naturaleza, es decir la Madre Tierra.

Fuente: LA PATRIA