Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28
Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 ¿Chile no nos debería supuestamente nada? - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Son reiteradas las afirmaciones de funcionarios del gobierno de Chile de que no le deben nada a Bolivia. Nada más falso y es necesario conectarse con la realidad de una usurpación que se inició en 1839 y continúa desalmadamente. La agresión a Bolivia no nació en 1879, ni siquiera en 1874. Desde su primera independencia (de 1810), los mapochos ya ambicionaron recursos ricos ubicados al Norte de su eximio territorio que se constituyó originalmente sobre la base de la Capitanía de Chile con fronteras muy al Sur de las que actualmente tienen.
Y el objetivo no es insultar a los chilenos de a pie, ellos también son víctimas de una oligarquía feroz que mató a Balmaceda y después a Allende, en una serie de atentados contra las libertades que hoy repiten contra su juventud estudiantil. De acuerdo a encuestas, un 35% de los ciudadanos de este país quiere solucionar el problema marítimo de Bolivia. Otra parte considerable está desinformada por la tergiversación de la historia. Se podría pensar superficialmente que el que escribe desprecia a los chilenos y no es así, simplemente defiende una causa de su Patria boliviana, integrada en profundos motivos históricos.
Las repúblicas sudamericanas se constituyeron sobre las bases del Uti Possidetis Juris, un principio jurídico que definió las fronteras de los nuevos estados a partir de los límites establecidos en el funcionamiento de las instituciones coloniales españolas. La Real Audiencia de Charcas era grande, con más de 2 millones de kilómetros cuadrados por la importancia de la plata, y con acceso amplio al océano Pacífico. Y decir, como lo hizo Pinochet, que Bolivia nunca tuvo mar es una tergiversación que no puede resistir el examen de los hechos.
Debido a las ambiciones de la oligarquía chilena, que no tenía nada que ver con Bernardo O´Higgins, sino con la visión pragmática de Diego Portales, a partir de una guerra de la primera mitad del Siglo XIX, se disolvió la Confederación Perú-Boliviana, cuya muerte física se dio con la Batalla de Paucarpata. Y no contenta con eso, la logia de intereses espúreos, en ningún caso legítimos, atentó contra Perú y Bolivia, hecho que acabó no solamente con la Guerra del Pacífico de 1879-1881, sino que se prolongó con unas serie de tratados leoninos como el Pacto de Tregua de 1884, y lo peor, el Tratado de Paz y Amistad de 1904, el que fue impuesto a la fuerza con la amenaza de ocupar Bolivia hasta las fronteras con Brasil. Una oligarquía boliviana dirigida por los liberales de café, a partir de sus intereses de exportación de minerales para sus propios bolsillos fue la que impuso la aprobación del bardo documento que condenó a Bolivia a perpetuidad formal al encierro, pero con solamente un voto de mayoría solventado por los afectos de ese Presidente indigno y traidor (Montes).
Volviendo al asunto esencial, se debe decir, con argumentos sólidos, que Chile se ha beneficiado reiteradamente con los recursos del Litoral boliviano, especialmente guano, salitre y cobre. A precios ajustados a la actualidad, el usurpador, tinterillo de Inglaterra, explotó durante 20 años posteriores a la Guerra del Pacífico, quizás más, riquezas por un valor de 200 mil millones de dólares, los que ni siquiera beneficiaron sustancialmente al pueblo chileno. Y la explotación del cobre ha generado en los últimos 50 años un también aproximado de otro tanto de la moneda norteamericana, muy probablemente más. Hoy, Chile, exporta cerca de 70 mil millones de dólares, de los cuales el cobre de Chuquicamata, en territorio boliviano por derecho y moral, representa por lo menos el 25%.
Así el cinismo proverbial de la oligarquía chilena se atreve a afirmar que no le debe nada a Bolivia. Le debe casi todo, no solamente 400 mil millones de dólares en recursos, sino el haberle condenado al encierro en sus montañas y llanos. Ellos podían haber logrado, gracias a su dinamismo, niveles de desarrollo respetables, pero no lo hicieron por sus propios recursos, sino que robaron al vecino débil. Y la fuerza no da derechos legítimos, su violencia solamente puede llevar al ostracismo vil.
Ahora, el autor no acepta, por principios irrenunciables, el canje de territorio boliviano por un corredor miserable, y peor todavía por un territorio marítimo al cual todos los países tienen derecho natural. En un caso extremo, se debe crear, sobre la base de territorios que pertenecieron a Bolivia y Perú una zona de paz con soberanía tripartita. No obstante, ningún boliviano, a no ser que sea un traidor a la Patria, tiene derecho a entregar el patrimonio de las futuras generaciones. El Litoral fue y será siempre boliviano.
(*) Politólogo
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.