Bolivia y el cambio climático

El cambio climático que soporta el planeta Tierra ha obligado a varios gobiernos en todo el mundo a ejecutar acciones en procura de mitigar sus efectos y en otros, proyectos para que la población se adapte a las nuevas y más calientes condiciones de vida.Un ejemplo de este extremo es que los habitantes de la isla de Groenlandia ya comenzaron a prepararse para nuevas formas de subsistencia y de su propia economía.

Es así que predicen que en pocos años, el deshielo hará que en varias de sus regiones comiencen a brotar especies vegetales lo que según ellos, les permitirá diversificar su economía.

Una investigación coordinada por la Asociación Pro Defensa de la Naturaleza y desarrollada bajo el auspicio de la red mundial Iniciativa Acceso y citada por la Plataforma Energética da cuenta que Bolivia, no está preparada institucionalmente para enfrentar el cambio climático.

Dice que el Gobierno no le da la importancia suficiente para construir una institucionalidad sólida lo que se refleja en las varias reestructuraciones y permanentes cambios del personal del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.

Estos cambios obligan a reiniciar los procesos, a entrenar al nuevo personal lo que resulta en un estancamiento y refleja una falta de coordinación en las labores específicas de esa repartición del estado.

Este documento también es crítico en cuanto al acceso a la información y lo que es peor, a la preparación de información destinada a la población para prepararla ante este cambio climático.

Tras este somero análisis urge que la población civil de todo el país se involucre en este proceso para prepararnos o adaptarnos a las nuevas condiciones de vida que implicará el incremento de la temperatura planetaria.

Hasta hoy, todos los esfuerzos efectuados en las denominadas cumbres planetarias para el cambio climático, sólo quedaron en la retórica, incluso en nuestro país se pregona desde las más altas esferas de la administración estatal el respeto a la Madre Tierra, sin embargo, las acciones no reflejan estos conceptos.

El ejemplo más cercano y claro es la carretera que el Gobierno construirá “pese a quien pese” en el Territorio Indígena del Parque Isidoro Sécure, que según todos los estudios tendrá un efecto negativo en la naturaleza como en la vida de los habitantes de este parque.

Parece haber llegado la hora en que la sociedad civil movilizada presione sobre los gobernantes para ejecutar acciones que preparen a la población para las nuevas condiciones de vida ya que las promesas de las grandes potencias sobre una reducción de dos grados centígrados de la temperatura global quedan sólo en eso, promesas.

Fuente: LA PATRIA