El caso de la “nacionalización” de centenares de carros “chutus” por efecto de un golpe de suerte que aparentemente no estaba debidamente calculado se convirtió ahora en la “regularización” de miles de vehículos que ingresaron ilegalmente al país, por la vía del contrabando, pero que al final de cuentas sumarán muchos miles de dólares.
Para entrar en alguna precisión sobre el tema, cuando se lanzó un primer globo de ensayo sobre la posibilidad de aceptar carros chutos, se pensó en algo así como diez mil coches que esperaban algunos en depósitos portuarios de Iquique – Chile, otros en ambientes de zonas francas y buen número más que se encontraban muy bien guardados en galpones de contrabandistas, empero a la hora de poner en práctica la tal regularización la operación cobró vuelo y aparecieron por lo menos cien mil vehículos y pueden haber más.
De manera que el intento de “ayudar a un sector social”, como se mencionó en ambientes oficiales, resultó siendo un gigante favor a miles de ciudadanos que ahora están en el proceso de regularizar papeles para usar sus motorizados, una buena cantidad para la venta, incluso en la puerta de Aduana, pero una mayoría que se alinearán en organizaciones del transporte público. En términos generales ocasionarán gigantes congestionamientos en las ciudades, serán parte de una mayor contaminación del medio ambiente y gastarán de forma desmedida los cupos asignados de gasolina y diesel a los surtidores.
Se trata en verdad de un problema mayúsculo, que supuestamente no fue medido en toda su magnitud, por lo menos así lo reconocen en la Aduana y en Diprove lugares donde se da vía libre a los carros chutos para que se incorporen al parque automotor nacional.
La parte interesante – para el Gobierno – es que por la operación que se haga para la regularización de por lo menos 100 mil chutos, las arcas del Estado recibirán cerca a 500 millones de dólares, suma que según los analistas financieros significará cubrir por lo menos el 50 por ciento del déficit nacional, lo que significa de verdad una inesperada fuente de ingreso que le hará mucho bien a la economía estatal, pero que ocasionará un gigante caos en el auto - transporte de las ciudades y en el consumo de carburantes.
El problema que se observa en la actualidad es la salida paulatina diariamente desde recintos aduaneros de los motorizados “formalizados”, que quiérase o no estarán en las calles de todas las ciudades del país, pero en el caso local terminarán de complicar el caótico sistema de tráfico vehicular que ya tiene serios problemas, especialmente en horas “tope”, en el centro de la ciudad.
Remedio para frenar la introducción de “chutos legales” no hay, se trata de un proceso que se mantendrá hasta concluir - supuestamente - con todos los carros ilegales, la obtención de recursos para el Estado es satisfactoria y los beneficios seguramente se explicarán por cuenta separada, para conocer en detalle la verdad de la operación de saneamiento de chutos, y establecer cuántos carros más hay en Bolivia.
Esos datos y otros aparejados al problema tienen que servir para establecer una estrategia de previsiones, dirigidas a controlar el contrabando de vehículos de manera que no existan más irregulares, pero además para asegurar la provisión de carburantes, en las condiciones actuales, a fin de evitar un gasolinazo que ocasionaría distorsión total de la economía. El asunto es complejo, pero merece atención especial de nuestro Gobierno.
Fuente: LA PATRIA
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