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Domingo 07 de agosto de 2011

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Revista Dominical

Al gusto del cliente

“Club de ternos” finos del Oruro de antaño

07 ago 2011

Fuente: LA PATRIA

Una especie de “pasanaku” para vestir al hombre elegante • Por: Mónica Aramayo Quinteros - Editora General LA PATRIA

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Sastrerías de renombrada trayectoria como “La Alianza” y “La Gran Tijera”, asentadas en calles céntricas de Oruro de antaño, como parte de sus estrategias para atraer clientes pusieron en vigencia los “club de ternos”, promocionados a partir de avisos publicitarios en periódicos de principios del siglo pasado para avivar así la elegancia de los varones.

En los avisos de prensa los propietarios de las sastrerías ofrecían “todas las seguridades” a sus clientes, tales como la elegancia de la obra, el cumplimiento de un trabajo esmerado con el uso de materiales de buena calidad de manera que los participantes de esta especie de lo que ahora se conoce como un “pasanaku” queden satisfechos.

“El club cooperativo será colaborado por 70 socios, cada uno contribuirá con Bs. 5 semanales, que terminará en 25 semanas. El sorteo será semanal, con intervención de la autoridad. Al primer favorecido por la suerte le costará el terno Bs. 5, al segundo Bs. 10 y seguidamente hasta las 24 semanas. La última semana de los 25 sorteos, podrán recoger los ternos de vestón, abonando los Bs. 5 todos los socios que no fueren favorecidos por la suerte”, es la oferta textual que presentaba la sastrería “La Alianza” a través del diario LA PATRIA.

En los avisos de promoción de los “club de ternos”, se advertía que del total de la cobranza efectiva, se descontaba en 20 por ciento para los gastos y comisiones.

“Esta suma líquida ya descontada y dividida a 70 partes iguales es el valor de cada traje. El socio interesado si no encontrase las telas a su agrado en la sastrería podrá elegir en cualquier casa comercial”, describe uno de esos anuncios que quedan en las amarillentas páginas de periódicos de inicios del siglo XX.

La exigencia de los varones de antaño era satisfecha a partir de la oferta de diseños exclusivos con cortes de tela inglesa, italiana o francesa. Los sorteos de cada club, eran los días domingos, de manera que cada fin de semana uno de los caballeros aumentaba una muda de terno a su ropero.

CONTRATOS Y NORMAS

QUE CUMPLIR

Los participantes de los “club de ternos” debían firmar un contrato y sujetarse a las normas establecidas en él, como por ejemplo cumplir con regularidad el pago de de sus acciones o cuotas; el incumplimiento de ésta cláusula significaba la pérdida de sus aportes y consiguientemente, como reza el dicho popular debía “ponerle alas” a su terno.

Los sastres que organizaban los clubes inicialmente se tomaban la molestia de realizar el cobro a sus socios en visitas a sus domicilios, o disponer de personal para realizar éste cometido, pero con el pasar del tiempo y conforme el negocio se tornaba próspero, la cosa cambiaba y los caballeros inscritos en la nómina de elegantes miembros del club debían cumplir con sus depósitos en las sastrerías.

EL CORTE INGLÉS

Un negocio denominado “El Corte Inglés” dedicado a la sastrería y vinculado a una fábrica de maniquíes también era parte del lucrativo oficio, pues ofrecía por otro lado maniquíes ingleses y americanos, bustos a la medida “para señoras y modistas”.

En su anuncio publicitario, el dueño de éste negocio J. Flores Quiroga, hacía una descripción total de sus productos pues los maniquíes eran para todo gusto y facilitaban la exposición de prendas de vestir para adultos, tanto varones como mujeres, niños y niñas.

“Maniquíes para ambos sexos, para camisas y blusas, maniquíes para exhibir breches y colanes. Maniquíes para exhibir calzados y medias. Atiendo pedidos de todo el interior de la República. Puede Ud. Obtener un maniquí con sólo Bs. 2, quedan pocos números, pase a tomar datos al mismo local, calle Soria Galvarro, antes Artes 1475”, describe un anuncio publicado en 1919 en el diario LA PATRIA.

CASA SPORTSMAN

La competencia no se dejaba esperar y una de ellas era la Casa Sportsman, situada frente a la Iglesia Matriz, calle La Plata Nº 1260 , de la cual ahora queda la torre de piedra de lo que se conoce como el templo de La Catedral. En ese negocio, que probablemente estaba instalado en una de las dependencias del actual banco BISA, o la oficina de abogados próxima a éste edificio, ofrecían la llegada de elegantes ternos de excelente calidad y corte moderno, a bajos precios “más bajos que los de cualquier casa del ramo”.

“No se preocupe, ofrecemos créditos pagaderos en 5 mensualidades sin recargo en los precios ni intereses. Nuestra casa es la única que da facilidades en el pago abonando la primera mensualidad se puede retirar inmediatamente las mercaderías o ternos escogidos, Extenso surtido de abrigos, impermeables y capas a precios sin competencia”, describe el aviso publicitario de dicha casa comercial.

ACCESORIOS

El fomento a la elegancia y el buen vestir se completaba con la oferta de otros accesorios como sombreros, zapatos importados desde Argentina e Italia, en variados colores, modelos y marcas.

Fuente: LA PATRIA
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