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Bolivia es un Estado Autónomo desde el día de su nacimiento
06 ago 2011
Fuente: LA PATRIA
Por: Jorge Lazzo Quinteros - Jefe de Redacción de LA PATRIA
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Los bolivianos estamos celebrando 186 años de aquella épica jornada en la que los Libertadores sellaron nuestra independencia y propugnaron el nacimiento de la República respondiendo al reto de los altoperuanos que eligieron la ruta de la liberación.
Fue el 6 de Agosto de 1825 cuando el territorio que hoy es Bolivia nació como Estado Autónomo y hasta con una perspectiva económica asegurada dadas sus riquezas naturales, ni siquiera cuantificadas en aproximación a la realidad de lo que más adelante se descubriera paulatinamente para asegurar un futuro de bonanza que aún no se consolida.
No hay que olvidar que en la fecha histórica de un mes de agosto en la Asamblea de Representantes de las provincias reunidas en Chuquisaca se decide la independencia del territorio que más tarde se convertiría en la República de Bolivia, rechazando las propuestas de entonces de unirse a la Argentina o al Bajo Perú como parte de uno de esos territorios. La decisión unánime de los “asambleístas altoperuanos” permitió la insurgencia de Bolivia como patria soberana y libre.
La historia refleja que hubo discrepancias entre los “libertadores” y algunos patriotas, Sucre el Mariscal de Ayacucho y Pedro Antonio Olañeta eran defensores de la corriente independentista, en tanto que Simón Bolívar no deseaba la instalación del Congreso porque aspiraba a crear un solo Gran Estado entre todos los países que habían sido independizados.
Pese a los desacuerdos el Mariscal se impuso y en esa condición de mando dictó en La Paz un 9 de febrero de 1825, un decreto que establecía entre otras cosas que las provincias del Alto Perú dependieran de Sucre hasta que se reuniera en Oruro una Asamblea Extraordinaria de Diputados elegidos por voto y con la misión de decidir el destino del Alto Perú. Sucedió que tal Asamblea no se reunió en Oruro, pero sí en La Plata (hoy Sucre), donde el Mariscal recibió dos decretos, uno procedente del Congreso de Buenos Aires que dejaba en libertad a la Asamblea de diputados altoperuanos para decir el futuro de la región. En el segundo decreto, dicen redactado por Bolívar, se estipulaba que si bien los diputados podían expresar libremente su voluntad sobre el destino del Alto Perú tal resolución debería ser ratificada por el congreso del Perú en 1826.
Pese a todas las referencias recogidas por los historiadores, señalan que la Asamblea de los altoperuanos inició sus deliberaciones el 10 de julio de 1825 luego de varias postergaciones ya que José Antonio de Sucre no quería convocarla en ausencia de Simón Bolívar, sin embargo, la necesidad de tomar decisiones obligó a un mensaje que fijaba fecha para definir la posición de la Asamblea a favor de las provincias del Alto Perú su vida y su independencia.
Y sucedió el 6 de Agosto de 1825. Justamente en el primer aniversario de la Batalla de Junín cuando se instaló la Asamblea para proceder por voto reglamentario la suerte de un territorio. Fueron presentadas tres propuestas: La primera señalaba la posibilidad de que las provincias del Alto Perú se unirían a la Argentina. La segunda que las mismas provincias se unirían a las del Bajo Perú y la tercera que las provincias del Alto Perú se erigirán en un Estado soberano e independiente, frente a cualquier otro Estado del viejo o el nuevo mundo. Triunfó la propuesta de la independencia absoluta por mayoría de votos. De esa manera se definió la suerte del Alto Perú, hecho que se confirmó con la firma del Acta de la Independencia. Ese importante documento selló la condición de lo que hoy es Bolivia, como un “Estado Autónomo y Libre”.
Las reminiscencias históricas contenidas en textos de la familia Mesa, al referirse a los hechos trascendentales de la creación de nuestra Patria, anotan por ejemplo un hecho interesante que se produjo el 10 de agosto de 1825, a sólo cuatro días de la declaratoria de su independencia, cuando el flamante Congreso aprobó una Ley de Reconocimiento a los libertadores Bolívar y Sucre señalando que el nuevo Estado llevaría el nombre de República Bolívar y su capital, que se conocía como La Plata, se denominaría Sucre. Ya se sabe que casi de inmediato y siempre en homenaje a Bolívar se hizo una adaptación muy sencilla denominando a la República como Bolivia.
Los textos refieren que la nueva Bolivia nació con cinco departamentos: La Paz, Chuquisaca, Potosí, Cochabamba y Santa Cruz. Entonces La Paz incluía lo que es Oruro, Potosí comprendía hasta el Litoral y Santa Cruz cubría toda la extensa zona de los Moxos y los Chiquitanos. La situación de Tarija era de gran expectativa pues parecía que se anexaría a la Argentina, lo que no sucedió y se convirtió más adelante en otro departamentos junto a los recientemente creados de Oruro, Beni y Pando.
Así se consolidó una República unitaria, pero también autónoma, comenzó el proceso de su ordenamiento territorial, de la organización administrativa y de la consolidación de su Carta Magna para dotar a la población del instrumento normativo que defina las condiciones más apropiadas para una convivencia pacífica en respeto a normas de equidad, justicia y libertad, que fueron los atributos de la Ley de leyes de la nueva República de Bolivia. (Ref.: Historia de Bolivia).
TIEMPO DE CAMBIO
Cuando conmemoramos este 2011, los 186 años de aquellas jornadas protagonizadas por patriotas para legarnos como dicen los escritos un “Estado Autónomo y Libre”, resulta que nos debatimos en grandes contradicciones para encontrar esa línea perdida que nos marcó el certificado de nacimiento de Bolivia.
Precisamente en el tiempo actual la historia nos encuentra ante una etapa de transformación, necesaria para modernizar su administración, criticada muy duramente por la vigencia de un modelo centralista que proviene de siempre y que no cumplió los objetivos “originales” de su creación como Estado Autónomo al no definirse las condiciones para que Bolivia se desenvuelva en el marco legal de reconocer a cada uno de sus departamentos el derecho y el deber de sustentar su propia economía como se plantea en la actualidad.
La figura de las autonomías no debió ser polémica, tampoco producto de una Asamblea Deliberante que marcó cambios en la Constitución Política del Estado e incorporó –supuestamente– la figura de autonomía, que ya fue privilegiada a tiempo de crear la República.
Es evidente que el modelo no funcionó, pero no estaba ausente, sólo que no fue debidamente estructurado justamente por las corrientes políticas de los tiempos pasados, conservadoras y absolutistas en el control de la Nación desde una estructura centralista que como se reconoce en la actualidad ha perjudicado a muchos departamentos y generado inequitativas condiciones de avance en el contexto de un crecimiento armónico que todavía no se dio.
Lo que ahora se quiere bajo el rótulo de las “autonomías” es transformar el modelo criticado de centralismo por otro que incluya a las mayorías en las grandes decisiones de cada región, delegando mayores responsabilidades a sus autoridades democráticamente electas, así como reconocer los derechos que tiene cada región y sus habitantes en las provincias, los municipios, las ciudades y todas sus organizaciones como parte fundamental de un conglomerado social que tiene el derecho de fijar y desarrollar su propio destino, manejando de manera directa la administración de sus recursos naturales y por supuesto la correcta administración de los ingresos que generen su racional explotación.
Bolivia nació como un Estado Autónomo, su vigencia y la operabilidad del concepto se pone en práctica en el tiempo presente como un verdadero reto a la decisión de “nuestros mayores” que hace 186 años querían una República equitativa, justa y libre.
El mejor homenaje al nuevo aniversario será defender los principios democráticos que marca el Acta de la Independencia, adecuando sus conceptos a una realidad de cambio para modernizar el Estado y hacerlo más dinámico y sencillo, menos burocrático y complicado, más justo y realista de manera que cada boliviano sea parte del desarrollo comunitario.
Ref.: Texto Historia de Bolivia. (Teresa Gisbert - José de Mesa).
Fuente: LA PATRIA
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