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Domingo 31 de julio de 2011

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Revista Dominical

Un hecho desconocido para la mayoría de los bolivianos

Campos de concentración

31 jul 2011

Fuente: LA PATRIA

El MNR se contagió del sentimiento nazi para instalar esos campos en varias localidades del país • Por: Dehymar Antezana - Periodista

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Hace mucho tiempo lo dijimos y ahora lo volvemos a reiterar que Bolivia tuvo como entre uno de los peores gobiernos, al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR); no es porque lo digamos nosotros, sino porque lo dice la historia.

Ya que detrás de cada supuesta buena intención, siempre estuvo una negativa que atentó siempre contra los intereses del país, aunque en ese momento no era visible y menos perceptible para la población.

El MNR fue fundado oficialmente el 2 de junio de 1942, a partir de ese momento estuvo presente en cada decisión política o influyó positiva o negativamente para sus propios intereses, como claros ejemplos, fue su participación en el golpe de estado del 1943, cuando junto a la logia Razón de Patria (Radepa) de Gualberto Villarroel, sacaron del Palacio de Gobierno de Enrique Peñaranda.

También fueron artífices años después de la caída de Villarroel, al que apoyaron hasta días antes de su caída. Desde ese momento fueron siendo los artífices de la revolución del 9 de abril de 1952, con la única finalidad de tomar el poder.

Pero antes, fueron activos partícipes políticos del país. El MNR conspiró en el gobierno de Enrique Hertzog en 1947, promoviendo un enfrentamiento entre mineros y obreros, Logró su renuncia y asumió Mamerto Urriolagoitia, que durante su interinato, sufrió un levantamiento liderizado por el partido rosado, con la participación de mineros. Corría el 27 de agosto de 1949.

Trató de frenar el crecimiento movimientista y tras la victoria del MNR en las elecciones de 1951, el 16 de junio Urriolagoitia decide darse un autogolpe, denominado como el “mamertazo” y entrega el poder a una junta militar, a cargo del militar Hugo Ballivián.

Sin embargo, el MNR estaba muy bien organizado en cuadros, casi al estilo militar. Advirtieron con vehemencia que tomarían el poder, pese al anuncio de la junta militar de convocar a elecciones en 1952, comicios que jamás se desarrollaron, porque la presión social azuzada por el movimientismo, llevó contra la lona a Ballivián.

Fue uno de sus ministros, Antonio Seleme, quien conspiró contra su propio gobierno al ser informante del MNR para propiciar la revolución del 9 de abril de 1952, que en realidad estaba programada para el 12 de abril. Aquel movimiento tenía que hacerse con partidarios de la Falange Socialista Boliviana (FSB), sin embargo, por la disputa en planes de gobierno y cargos, la FSB, se desmarcó de la revolución que dejó 490 muertos y más de 1.000 heridos.

Los aliados del MNR fueron los mineros que ayudaron a consolidar la toma del poder.

La primera participación del MNR en 1952, lo hizo en co gobierno con la Central Obrera Boliviana (COB) fundada el 17 de abril del mismo año, por Juan Lechín Oquendo.

Sin desmerecer al MNR, entre sus logros gubernamentales, estuvo la nacionalización de las minas, la reforma agraria, la reforma educativa, el voto universal y por detrás una serie de negocios “turbios” con gobiernos extranjeros.

Una muestra de ello, es el tan problemático código petrolero Davenport, que parceló el país en tres partes, para la explotación petrolera y comprometió los recursos hidrocarburíferos por décadas.

Es solo una muestra de lo que hizo el gobierno del MNR, y eso que solo era el principio, ya que por ahora dejaremos de lado, lo que hizo en sus otras gestiones.

LOS CAMPOS

Volviendo al tema central, el MNR fue un gobierno negativo para el país y producto de ello, fue que para sacar del camino a sus opositores, instaló campos de concentración en distintas localidades del país, para encarcelar a los denominados presos políticos, algo similar está ocurriendo actualmente, con la diferencia de que no existen ahora campos de concentración y por el contrario las cárceles son utilizadas para este fin.

Fue una dictadura implícita del partido rosado, que aplicó métodos violentos y represivos de control, es así que el 23 de octubre de 1952, a través del Decreto Supremo 02221, Víctor Paz Estenssoro establece prisiones bajo administración militar en Corocoro - La Paz, Uncía y Catavi – Potosí y Curahuara de Carangas en Oruro.

Tres de los cuatro campos de concentración estaban en centros mineros, eran controlados por mineros y militares.

Como lo dijimos, allí eran llevados los presos políticos, opositores al gobierno del MNR, principalmente de la Falange Socialista Boliviana, que eran vejados y torturados sin piedad. Según relato de algunos presos políticos como Gad Lemús, la prisión de Corocoro era el purgatorio, mientras que Curahuara de Carangas, era el averno.

En Catavi en 1953 había un contingente de 131 presos; mientras que en Curahuara entre 1953 y 1954, 254 presos.

RELATO

El Teniente Bacarreza, mandó una formación del 23 de mayo y ordenó que los prisioneros alojados en la celda del lado Oeste del cuartel, las desocuparan y tomaran sitio en las barracas del frente.

- Eso les conviene -dijo a modo de explicación- porque entre ustedes ya se conocen.

Sus ambiguas palabras dieron a entender que otra carne de presidio ocuparía las celdas más frías, más oscuras y destartaladas del campamento. Pronto fue una triste certidumbre cuando el Teniente, contestando a las interrogaciones de Lemús, le confió que estaban por llegar presos de Uncía y marchaban a Curahuara los del clausurado campo de Catavi.

Los infelices supieron entonces que el establecimiento de un nuevo campo de concentración, que el pasado mes de diciembre carecía de posibilidad concreta, habíase convertido en certidumbre.

¡Guay de los desdichados que fueran conducidos a la lejana frontera occidental!

¡Curahuara de Carangas, Siberia del altiplánico país, escenario ideal, incrustado en la infinitud de la pampa saliente y helada para que los forzados y galeotes agonicen de terror, hambre y soledad!

Otro relato es lo sucedido con Jaime Villarreal, quien fue prisionero sin ser político, por el simple hecho de trabajar en la fábrica de catres del falangista Víctor Kellemberger.

Las privaciones, preocupaciones, castigos materiales y el trabajo forzado, habían desembocado en la tuberculosis pulmonar que sobrellevaba pacientemente, perdiendo peso a ojos vista. Su rostro naturalmente blanco, se cubrió de intensa palidez, y sus mejillas, a los 25 años, comenzaron a hundirse.

Ninguna consideración impidió, no obstante, que Gallardo dispusiera su inhumano flagelamiento.

El centenar de latigazos que su enflaquecida carne soportó heroicamente, terminó por sumirlo en cama acelerando las secuelas de su tremenda enfermedad.

Relatos de estos hay muchos, pero quisimos rescatar un par de ellos, para que simplemente se den cuenta de la atrocidad y el horror que se vivió en el gobierno de Víctor Paz Estenssoro y quien volvería a ser presidente de Bolivia, por otras tres gestiones más, sin que el pueblo se dé cuenta de los crímenes de lesa humanidad que cometió. Los bolivianos lo eligieron sin tener memoria.

PRESOS

Es interminable la lista de presos que llegaron a esos campos de concentración que eran dirigidos por el entonces ministro de Gobierno, Federico Fortún. Mientras que Claudio San Román, Luis Gayán Contador, Emilio Arze Zapata, Alberto Bloomfield, René Gallardo, Juan Peppla y Adhemar Menacho, fueron encargados de las torturas y vejámenes, que para muchos presos políticos fueron una triste memoria por el sufrimiento en los campos de concentración del llamado “control político”.

De los mencionados unos estaban a la cabeza del sistema represivo, otros dirigían los campos, y otros directamente eran los que se encargaban de las torturas a los detenidos.

Se justificó esos excesos con el argumento de que se ejercía una violencia revolucionaria y antioligárquica para sostener la estabilidad de la Revolución. Este proceso fue uno de los más criticables del gobierno movimientista, en la que la intransigencia y los abusos se convirtieron en el pan de cada día. ¿No se repite la historia?, Juzgue usted mismo.

Bibliografía Consultada

Historia de Bolivia, José de Mesa, Teresa Gisbert, Carlos D. Mesa.

Campos de Concentración en Bolivia, Fernando Loayza Beltrán.

Fuente: LA PATRIA
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