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Domingo 31 de julio de 2011

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Revista Dominical

CINE Y LITERATURA

El Mastín de los Baskerville

31 jul 2011

Fuente: LA PATRIA

“¿El infernal mastín, es una aparición sobrenatural, es producto de la imaginación o existe en realidad…?” • Por: Juan Manuel Fajardo - Abogado, Ensayista, Crítico de Cine

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Hoy como en el pasado nadie ha aventurado una definición particular sobre ¿Qué es la novela policíaca? Para Regis Messac, erudito francés sería, "todo relato consagrado especialmente al descubrimiento metódico y gradual por medios racionales, de las circunstancias exactas de algún acontecimiento misterioso...".

El descubrimiento “metódico gradual” de "algún acontecimiento misterioso", fue la labor que durante largos años de su vida, se dio a desempeñar Francois Eugene Vidoc, nacido en Arras, Francia el 23 de julio de 1775, fundador de la Criminología moderna, quien seguramente estaría de acuerdo con esta definición. Soldado fugitivo, espía, agente encubierto, amigo de Alejandro Dumas, y Víctor Hugo, a quienes narró de primera mano los casos más extraños que le tocó resolver, y que a la postre inspiraron "El Conde de Montecristo" al uno, y al otro "Los miserables". Vidoc y su vida novelesca lo convirtieron en el modelo de detective que la literatura reconoció en la pluma de Edgar Allan Poe, Agatha Cristhie y obviamente, Sir Arthur Conan Doyle, con personajes como el caballero andante Auguste Dupin en "El asesinato de la calle Morgue", Hércules Poirot en "Diez indiecitos" y Sherlock Holmes en "El estudio en escarlata". La Sureté Francesa creada por él en 1812, ha sido modelo del Departamento de Investigación Criminal de otras de renombre, en el mundo como Scotland Yard y el F.B.I. Los laboratorios de investigación criminal, el recojo de evidencias, el sometimiento al microscopio de todo objeto encontrado en el lugar del crimen, el fichado de los delincuentes, nombre y apellidos, alias, hábitos de vida, crímenes; en suma el archivo policial, que hoy utilizan todas las policías del mundo que luchan contra el crimen se deben a él. Los avatares en la vida de Vidoc, que se resumen así, soldado de joven, desertor encarcelado, fugitivo durante diez años, le dieron para acumular vastos conocimientos acerca del delito y los delincuentes; la sed de venganza lo llevó a buscar a quienes le habían calumniado, atribuyéndole un delito que no cometió. Preso finalmente en 1.799 se puso a las órdenes del jefe de policía de Lyon, quien a cambio de su libertad le propuso trabajar como informante. En Paris, permaneció en forma voluntaria casi dos años en prisión trabajando encubierto, transmitiendo información recogida desde dentro; mas tarde como colaborador de la Policía, se puso al servicio de la ley; su habilidad para disfrazarse creando personajes de los bajos fondos, mezclándose con el hampa, codeándose con ladrones, asesinos, truhanes y prostitutas, le permitieron llegar a las guaridas de los más buscados; el resultado de este trabajo fue que lo incluyeron en la plantilla oficial de la policía con sueldo. Vidoc, fue el creador de la primera agencia de detectives privados, falleció en 1857 a los 82 años de edad.

Sherlock Holmes…

Tal vez, no haya otro personaje, exceptuando a James Bond, tan conocido en la literatura como Sherlock Holmes, el más grande de los detectives nacidos de la fantasía. De enjutas facciones que recuerdan las de un halcón, pipa y gorra de cazador, capote con esclavina para protegerse de la niebla de Londres, de 1.90m. de estatura todo músculo y hueso; de agilidad extraordinaria, músico, boxeador y alquimista. La famosa calle Baker 221B, donde se encontraba su estudio, lugar de resolución de tantos casos, junto a su inefable amigo y compañero de aventuras el Dr. John Watson, lugar en el que Sir Arthur Conan Doyle, creó la aureola de una existencia física real y verdadera. Motivo de estudio y culto en la “Sherlock Holmes Expositión”, abierta en Londres y Nueva York en 1.954; tuvo en el siglo IXX y XX una legión de fanáticos entre ellos, Winston Churchill y Franklin Delano Roosevelt.

Cuatro novelas largas entre ellas las más importantes, “Estudio en escarlata” y “El signo de los cuatro”, y de sesenta narraciones breves agrupadas bajo los títulos de “Las aventuras de Sherlock Holmes” (1891), “Las memorias de Sherlock Holmes” (1893), “El retorno de Sherlock Holmes” (1904), “La última palabra” y “El archivo de Sherlock Holmes” (1988), son creaciones literarias, ejemplos de la novela policíaca que es lógica y razón novelada en grado superlativo, donde todo es comprensible y razonable; muchos de los relatos del famoso detective, poseen la simplicidad y el encanto de un problema que es planteado en las primeras líneas por un visitante, lo que vendría en llamarse “la exposición del caso”, construido con la misma sobria técnica, planteamiento del problema, proceso y solución, tesis, antitesis y síntesis.

Desde la primera aventura “Estudio en escarlata”, que apareció el año 1887, Holmes fue una especie de genio perverso de “Las mil y una noches” para su creador y una carga insostenible por la insaciable demanda pública de más y más aventuras, hasta que Conan Doyle tomó una decisión, publicó en 1895 “El problema final”; en la trama, en las montañas, en un desfiladero, en una lucha a muerte, Conan Doyle lanza a Holmes a las profundidades de las Cataratas de Reinchenbach, en Suiza y junto con él a su archienemigo, el profesor Moriarty; este hecho produjo una reacción pública de enojo y desazón en Chicago, Boston, Nueva York y Londres que según las crónicas de la época, lo calificaron como un “espantoso acontecimiento”. Nunca personaje alguno de la literatura, había recibido tal credibilidad de vida auténtica y real como Sherlock Holmes, que su creador tuvo que resucitarlo después de ocho años, cediendo a la presión popular en la más celebre de sus narraciones, “EL MASTIN DE LOS BASKERVILLE” (1902), rescatando la ya clásica trama de misterio y añadiéndole el horror. ¿Existe una verdadera maldición sobre la aristocrática familia de los Baskerville, desencadenada por el sádico ancestro Sir Hugo?, ¿El infernal mastín, es una aparición sobrenatural, es producto de la imaginación o existe en realidad? ¿La vida de Sir Henry Baskerville el último de la dinastía está en peligro por la sombra maléfica de un engendro de la imaginación de los lugareños?, son las preguntas que absolverá Holmes. Conan Doyle consigue el tratamiento gótico en esta mezcla de misterio y horror sobrenatural, alrededor de una herencia de crueldad aristocrática y un perro que vaga en la niebla por el páramo. En el prefacio a la obra “El archivo de Sherlock Holmes”, Conan Doyle precisa: “Le maté; pero por buena estrella, ningún juez de investigación había levantado el cadáver y pronunciado sentencia; no me fue, pues, difícil, después de un largo intervalo satisfacer las halagadoras demandas y dejar sin efecto, mediante explicaciones, aquella violenta acción mía”.

Conan Doyle nació en 1859 en Escocia, médico de profesión, graduado en la Universidad de Edimburgo, es considerado como el divulgador de la novela policíaca y de suspenso, y de haberla elevado a un lugar destacado en la literatura; fue quién abrió amplios cauces al género encaminándolo por la ruta de un empirismo muy profesional; durante años encantó al mundo con las andanzas de su personaje que ponía en juego las más deslumbrantes teorías deductivas; tuvo muchos émulos e imitadores y también, detractores que consideraron que Sherlock Holmes, era “un personaje pedantesco, técnico de la observación, un hombre que solamente veía más que los demás”, “que las bases de sus deducciones se apoyaban sencillamente en los sentidos corporales”, y que Conan Doyle alzó a su personaje por encima de la trama. La novela policíaca hoy venida a menos, que atrajo en el pasado a millones de lectores, tuvo en All0an Poe su iniciador; Auguste Dupin es el personaje que interviene en tres de sus relatos literarios de encanto cerebral, “Los crímenes de la calle Morgue”, “El misterio de Maria Roguet” y “La carta robada”, genuinas creaciones dictadas por el instinto innato de un fanático de la lógica como fue Edgar Allan Poe. Hoy se llama evolución del género policíaco a los truculentos relatos de policías y ladrones, crímenes, secuestros, suplantaciones inverosímiles, en fin todo un mundo de aventura con un fondo urbano caótico.

Sir Arthur Conan Doyle, no debe exclusivamente su fama a Sherlock Holmes que hoy parecerá anticuado, aún cuando se pueda encontrar en sus libros lo peculiar, lo esencial del arte en las admirables historias del caballero de Baker Street, maravillosas por su fuerza, sugerencias, ingenio y preciso desarrollo hasta el desenlace dramático; también escribió sobre otros temas, por ejemplo una singular novela de ciencia ficción, titulada “El mundo perdido”, anticipándose a “Jurasik Park”; un mundo de dinosaurios y criaturas antidiluvianas ubicado en Sudamérica, en una meseta en el alto Amazonas en la frontera Colombia, Perú y Brasil, pterodáctilos, reptiles voladores de la era jurásica y hombres primitivos pueblan la novela; otra, “La ciudad sumergida”, la Atlántida y los seres que allí en el fondo del mar han sobrevivido a un cataclismo; también es autor de un famoso cuento de terror “LOTE 249”, la resurrección de una criatura embalsamada en el antiguo Egipto y su uso con fines criminales; en la trama un estudiante de medicina de Oxford trata de explicarse una serie de hechos sobrenaturales; la historia es contada de manera tal, que no se sabe a ciencia cierta si todo el relato es efecto de una alucinación o si las cosas realmente pasan así. ¿Dónde termina lo real y comienza lo ilusorio?; el enigma nunca se aclara. Un clásico del horror, misterio, miedo y suspenso las características del cuento fantástico, “Lote Nº 249” dio pié al filme “La momia” realizada por Karl Freund en 1.932, en blanco y negro con Boris Karloff en el papel protagónico. Conan Doyle trató siempre de escapar de Sherlock Holmes, por fin el gran detective lo abandonó y se retiró a criar abejas, y su autor a escribir “La guerra en Sudáfrica”, un ensayo político y una novela histórica; también, una investigación psíquica, “El espiritismo”. Conan Doyle escribió antes de morir en 1.930, “¡Adiós, pués, a Sherlock Holmes, lector! Te doy las gracias por tu constancia en el pasado y, yo me animo a esperar que algún pago habrás recibido por ella en forma de distracción de las preocupaciones de la vida y un estimulante cambio de la atención cerebral, cosa que solo puede encontrarse en el reino maravilloso de la ficción novelesca”.

Holmes en el cine…

El sabueso de Baker Street hace muchos años rebasó la letra impresa, las aventuras de este singular detective llegaron por vez primera a la pantalla grande en 1.903 con “La derrota de Sherlock Holmes”. John Barrymore, Raymond Massey, Clive Brook, Basil Rathbone y Peter Cushing a su turno, lo han personificado. Se han realizado más de un centenar de filmes, incluyendo la del 2001 para la televisión inglesa, y un último filme “Sherlock Holmes” (2010) de Guy Ritchie. Una de las más conocidas, “El mastín de los Baskerville” (1.959), fue dirigida por Terence Fisher con Peter Cushing, Andre Morell y Christopher Lee; es un filme de ritmo narrativo intenso y apropiada atmósfera de misterio, aún cuando Peter Cushing en el personaje de Holmes sea demasiado inquieto, demasiado nervioso, más hombre de acción que pensador profundo, como lo describe su creador Sir Arthur Conan Doyle.

De Terence Fisher, director inglés considerado el cineasta que mayor encanto imprimió al cine de terror, tenemos: “La maldición de Frankenstein” (1.957), “Drácula” (1.958), “La momia” (1.959), “El fantasma de la ópera” (1.962) y “Drácula príncipe de las tinieblas” (1.965) con el inefable Christopher Lee.

NOTAS:

1.- “Estudio en escarlata”. Edimat Libros. Esp. 2004.

2.- “El signo de los cuatro”. Ed. Molino. 1972

3.- “Aventuras de Sherlock Holmes”. Ed. Bruguera. 1963.

4.- “El regreso de Sherlock Holmes”. Ed. Molino. 1966.

5.- “El mastín de los Baskerville”. Ed. Bruguera. 1963.

6.- “El archivo de Sherlock Holmes”. Ed. Molino. 1967.

7.- “Grandes Hist. de Sherlock Holmes”. Ed. Diana. 1966.

Fuente: LA PATRIA
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