Algo que preocupa a la dirigencia cívica de nuestro departamento, es que la denominada Agenda Mínima Regional que fue presentada recientemente por la Brigada Parlamentaria no incluye las propuestas que oportunamente sugirieron las organizaciones sociales a través de la máxima instancia cívica regional.
Extraña que los parlamentarios no hubiesen tomado en cuenta planteamientos que fueron elaborados por los empresarios privados y por los personeros de la universidad local y que tienen estrecha relación con los proyectos del desarrollo departamental, en un orden de prioridades que debería cumplirse para que el efecto de cualquier pedido orureño tenga resultado positivo y no siga el camino de otros muchos “pliegos petitorios” que duermen en algunos canastillos de la burocracia centralista del Poder Ejecutivo.
Se ponderó la intención de algunas autoridades de establecer – por fin – un sistema de coordinación entre los representantes de todas las fuerzas locales, empezando por las autoridades en su generalidad, las instituciones cívicas y laborales, las empresariales y profesionales, las entidades de servicio y hasta las de apoyo estratégico al cumplimiento de metas definidas. Lamentablemente
parece que los parlamentarios, no entendieron el valor de esos propósitos y simplemente se limitaron a presentar su agenda mínima que resulta incompleta, porque no incluye las verdaderas propuestas de la orureñidad.
Por lo que se sabe la tal “agenda mínima regional” de los parlamentarios no fue socializada con los representantes de las organizaciones departamentales por tanto ni se enteraron de los planteamientos que existen ni del orden de importancia que tienen algunos de los proyectos que deben merecer atención de urgencia dentro de un conjunto de requerimientos.
Se observa también la posición de los parlamentarios que asumen un rol que no les corresponde al pretender elaborar o perfilar ciertos proyectos, en una actitud que no es de su competencia pues lo que deberían hacer es cumplir su labor legislativa y de gestión ante las autoridades de Gobierno, para que una verdadera agenda departamental tenga el curso que corresponde en instancias del intrincado Poder Ejecutivo.
Lo que necesitamos empujar, entre todos y en una sola dirección, son los proyectos estratégicos relacionados ó concatenados entre la carretera biocéanica hacia Pisiga, el proyecto del Puerto Seco y el aeropuerto internacional que en conjunto significan la consolidación del proyecto sustentable del desarrollo orureño.
Hay varios otros proyectos que deben cumplirse y que están en los pliegos petitorios de Oruro, son los relacionados con el impulso a la agricultura y la ganadería del altiplano, el turismo y la artesanía, además de la funcionalidad del parque industrial y por supuesto como hecho insoslayable, disponer pero de manera práctica una verdadera “reactivación de la minería departamental” como sustento del futuro económico de un departamento autónomo que podrá encarar su crecimiento armónico y sostenible.
La agenda mínima regional debe ser producto del consenso de opiniones, contribuciones y planteamientos de todos los sectores sociales del departamento, lo contrario no tiene sentido por considerarse tan sólo una mínima muestra sectorial y no plenamente representativa del interés local.
Fuente: LA PATRIA
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