Práxides Hidalgo, una escritora que revolucionó la enseñanza del lenguaje

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Práxides Hidalgo Martínez, en sus 35 años de experiencia en las aulas, es una escritora, que ha revolucionado la enseñanza del leguaje y la literatura, dos de sus pasiones, que la han llevado a producir una serie de textos educativos y de literatura bastante aceptados en la sociedad.

En este artículo tratamos de reflejar de forma sucinta, su trayectoria, pues referirnos a los 35 años de trabajo y experiencia, es un tanto difícil, por el espacio que tenemos.

¿Cómo inicia su carrera en el arte de las letras?

Seguramente como toda persona cuando uno tiene sus 15 o 16 años que es el despertar a experiencias nuevas, empieza a escribir aunque ocultamente en sus cuadernos, donde sacamos los sentimientos y el mundo interior que llevamos, lo que quizá no podemos decir a otros, entonces esa intimidad comparte un cuaderno.

¿Quiénes la impulsan?

Sin embargo, no voy a decir que en la etapa de la Normal escribo, no porque me formaron simplemente con teoría, mucha información, pero no me dijeron cómo llegar a la literatura, y ya después cuando comienzo a ejercer me voy cuestionando cómo deberíamos encarar y llegar a los estudiantes con la literatura y el lenguaje, entonces entendí que no era como me habían formado en la Normal, yo les agradezco toda la información y el sentido de investigación que me dieron mis docentes pero no era lo que yo quería; entonces fui leyendo investigando y me topé con varios análisis y estudios que decían que si el profesor del lenguaje y literatura va a enseñar estas dos materias, tiene que ser el primero en demostrar que tiene una actitud positiva frente a las mismas, que en realidad es una, lenguaje, pero que tiene diferentes connotaciones.

¿Cuándo comienza a escribir poesía?

Por la década de los 70 que son los años difíciles para el país, recibiendo siempre la influencia de personas a quienes yo admiro bastante, por su lucha sindical, me impactó todo aquello y me puse a escribir algunas poesías, -me dicen quienes han leído, que son de contenido social-, pero no me animaba a publicar, siempre hay el temor y la vergüenza de enfrentar a un público que no sabemos cómo va a reaccionar, puede ser positiva o negativamente, porque además en todo lado quien hace siempre recibe críticas, por eso será que muchos no hacen nada para no recibir críticas.

¿Sus obras también aparecen en los periódicos?

Pienso que todo lo que ocurre no es por casualidad, sino es por causalidad, porque siempre hay una causa, es así que conocí a don Humberto Apaza, a don Jorge Barrientos Zapata y a don Etzhel Llanque, los tres me privilegiaron con su amistad, y entonces me pedían que publique algo y, para ese momento lo único que tenía eran algunas poesías, ellos trabajaban en el periódico Opinión, había una separata para Oruro, ahí publicamos las primeras poesías, y creo que gustaron porque recibí algunas críticas positivas, entonces me animé a continuar publicando, el periódico LA PATRIA también me abrió sus páginas, he publicado algunos trabajos y luego me dediqué a un espacio de comentario, artículos de comentario, que titulé “Puntos suspensivos”, es un espacio que también me honró LA PATRIA.

¿Tuvo otras motivaciones para continuar escribiendo?

Ya no escribí en esa línea y me dediqué a escribir narrativa y poesía por diferentes desafíos que me dio la vida, primero porque conocí a algunas personas en estas inquietudes de asistir a seminarios y congresos, a personas que tenían más recorrido que yo, en el aspecto de la escritura, entonces me vi obligada, avergonzada a que también yo debía tener alguna producción, me acuerdo de doña Delia Calvimontes, Gabi Vallejos, que fueron las que incluso me ayudaron a dedicarme a la crítica literaria, porque me pedían que les haga la presentación de sus libros, o que haga algún comentario sobre sus obras, y bueno, yo no me sentía a ese nivel, entonces comencé a investigar más sobre literatura, y a producir, he publicado algunos breves ensayos sobre las obras de muchos escritores, me acuerdo de Carlos Condarco, Víctor Montoya, y otros que me invitaban a que les presentara sus obras.

¿Usted es fundadora de la UNPE?

Para mi alegría y también me provocó susto en un primer momento, recibí la invitación del Movimiento Cultural Altiplano, junto con nuestro gran poeta Alberto Gutiérrez, ha debido ser el año 1995, para ser parte de la fundación de la Unión Nacional de Poetas y Escritores (UNPE), entonces yo sentí temor porque no creí merecer llegar a fundar una institución que iba a agrupar a escritores y poetas de Oruro, para aquella ocasión me pidieron las amigas de Cochabamba que les hiciera un comentario, la verdad fui muy asustada, estaba temblando porque estaban personalidades, me acuerdo de don Alfonso Gamarra, Ademar Uyuni – que en paz descanse-, Mario Lara.

Leí los trabajos y tras que terminé, recuerdo el comentario de Alfonso Gamarra, que es muy exigente en su crítica, “eso se llama meter gol de media cancha”, esto me impulsó más porque había llenado la expectativa de personas que habían avanzado en el quehacer literario.

Salí creo muy bien de esa misión que me habían dado y a partir de ello me sentí más obligada a seguir produciendo literatura.

¿La educación también es su pasión?

Otra de mis pasiones es la educación, he vivido por muchos años sólo de la educación, de estar en las aulas, que es lo único que sé hacer, es así que realicé un libro que está por la décima edición, recién hace una semana volvimos a sacarlo, “Ejercicios de ortografía”, edité libros de primero a cuarto de secundaria, que tuvieron muy buena aceptación, edité “Más allá de las palabras” que es como un prontuario destinado a estudiantes preuniversitarios donde se lleva lenguaje.

Usted ha sido capaz de revolucionar la enseñanza del lenguaje y la literatura ¿Cuál su experiencia?

En la línea de incentivar la lectura yo le apuesto a la lectura porque yo misma soy producto de las lecturas que he realizado, también a la escritura y queriendo cambiar el enfoque, la manera de cómo trabajamos en nuestras aulas, y además fruto de los trabajos y experiencias que gané en el Colegio Alemán y en la Normal, los estudiantes aceptaron estos desafíos, hemos revolucionado el cómo enseñar el lenguaje y la literatura, a tal extremo que hemos tenido muy buena aceptación en el exterior, hemos estado por Colombia y México, llevando mi trabajo, no por una aceptación personal, sino por una satisfacción como orureña y como boliviana ante todo.

Tanto ha sido el impacto que hemos causado que la última vez en México nos preguntaron si el programa nacional de lenguaje y literatura era como yo trabajaba, tuve que responder “no”, entonces me dijo la persona que preguntó, -usted ha transgredido el programa oficial de su país- por eso el último libro que he publicado en esta línea titula “Transgresiones a un programa oficial de lenguaje y literatura”, y producto de esa curiosidad es que, tendremos la visita de personalidades del exterior.

Estas estrategias me han servido para formar personas que se han familiarizado con la escritura, con la lectura y para satisfacción mía a nivel personal y profesional, debo decir que muchos de nuestros estudiantes están escribiendo poesía, y muy buena poesía. Me enteré a través de publicaciones que dos ex alumnos en este momento se dedican a la crítica literaria, ésa es una satisfacción grande para mí, que aunque nuestro trabajo no haya sido reconocido oficialmente, porque nos hemos jubilado así, “sin pena ni gloria”, lo que hemos sembrado en nuestra aulas, está dando sus frutos, estamos demostrando que así como hemos trabajado haciendo gustar la literatura, estamos ahora deleitándonos con la producción de nuestros ex alumnos, recuerdo a Carlos Schemmel, que incluso ganó un premio en Sucre y así hay varias personas que están en diferentes departamentos y en el exterior, con estas ganas de escribir.

Fuente: LA PATRIA