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Sábado 30 de julio de 2011

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Revista Tu Espacio

El peso de su hijo (II)

30 jul 2011

Fuente: kidshealth.org

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¿Qué información nos da el IMC?

Puede calcular el índice de masa corporal (IMC) de su hijo usted mismo, pero considere la posibilidad de pedirle al pediatra del niño que le ayude a interpretar esa cifra. Los pediatras no se limitan a utilizar el IMC para evaluar el peso de sus pacientes. También tienen en cuenta en qué momento evolutivo se encuentran, por ejemplo, si están en plena pubertad, y utilizan los resultados de IMC de años anteriores para determinar si el niño podría estar en situación de riesgo de desarrollar sobrepeso. Detectar pronto ese riesgo puede ser de gran ayuda porque los niños pueden introducir cambios en su dieta y nivel de actividad física antes de que lleguen a desarrollar sobrepeso.

En la actualidad, muchos niños están desarrollando problemas de salud relacionados con el sobrepeso que en el pasado solamente afectaban a los adultos. La diabetes Tipo 2, el colesterol alto y la hipertensión arterial se diagnostican a menudo en niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad. Estos niños y jóvenes también tienen más probabilidades de convertirse en adultos con sobrepeso. Y los adultos con sobrepeso están en situación de riesgo de desarrollar otros problemas de salud graves, como los cardíacos.

Aunque el IMC puede ser un buen indicador de la grasa corporal, no siempre resulta informativo. Una persona de constitución y grande o muy musculosa (como un culturista o un atleta) puede tener un IMC alto. Del mismo modo, una persona de constitución muy pequeña puede tener un IMC que está dentro de los márgenes de la normalidad a pesar de tener demasiada grasa corporal. Éste es otro motivo para que hable con el pediatra sobre el IMC de su hijo.

Cuando un niño pesa más o menos de lo que debería

Si cree que su hijo se ha engordado demasiado o está demasiado delgado, el pediatra debería ayudarle a dilucidar si su hijo tiene o no un problema relacionado con el peso. Él lleva tiempo midiendo y pesando a su hijo y sabrá si está creciendo y desarrollándose con normalidad.

¿Y si a su hijo le preocupa estar demasiado delgado? La mayoría de niños que pesan menos que otros de su edad están completamente sanos. Es posible que alcancen la pubertad más tarde que algunos de sus compañeros de clase, ya que cada persona crece y madura a un ritmo diferente. La mayoría de los adolescentes que pesan menos de lo que deberían se acaban poniendo al día al final de la pubertad y en contadas ocasiones necesitan hacer nada para ganar peso.

En una cantidad reducida de casos, el niño o adolescente pesa menos de lo que debería a consecuencia de un problema de salud que requiere tratamiento. Si su hijo se queja frecuentemente de cansancio o de que se encuentra mal, o tiene síntomas como tos, dolor de estómago, diarrea u otros problemas de más de una o dos semanas de duración, hable con el pediatra. Algunos niños y adolescentes pesan menos de lo que deberían debido a trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia, que requieren tratamiento.

El papel de los genes

La herencia desempeña un papel en la constitución corporal y el peso de una persona. Las personas de razas, grupos étnicos y nacionalidades diferentes tienden a tener distribuciones de grasa corporal diferentes (lo que significa que tienden a acumular grasa en partes del cuerpo diferentes), así como proporciones diferentes de tejido óseo-muscular versus graso. Pero los genes tampoco marcan el destino -los niños pueden alcanzar y conservar un peso saludable alimentándose bien y permaneciendo activos-.

Los genes no son lo único que comparten los miembros de una familia. También es cierto que los hábitos insanos se transmiten de padres a hijos. Los hábitos alimentarios y de ejercicio físico de las personas que viven bajo un mismo techo probablemente influyen todavía más que los genes en el riesgo de desarrollar sobrepeso.

Si en su familia se comen muchos platos o tentempiés ricos en grasas o no se hace mucho ejercicio, lo más probable es que su hijo siga la misma pauta. La buena noticia es que esos hábitos se pueden modificar a mejor. Hasta las formas más suaves de ejercicio, como andar, tienen enormes beneficios para la salud.

Por lo tanto, recuerde esto: No es la cifra concreta que marca la balanza lo importante, sino asegurarse de que su hijo se mantiene sano -tanto por dentro como por fuera-.

Fuente: kidshealth.org
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