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Jueves 28 de julio de 2011

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Ecológico Kiswara

La deforestación de los bosques gana la batalla ambiental de conservacionistas

28 jul 2011

Fuente: Periódico digital del PIEB

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¿Por qué avanza la deforestación de los bosques en el país?

La respuesta tiene que ver principalmente con aspectos económicos que explican el comportamiento de los inversionistas y propietarios de tierras, quienes encuentran alternativas más rentables en el cambio de uso del suelo. Es decir, en habilitar terrenos boscosos para producir soya, desarrollar ganadería u otras actividades productivas que presentan rentabilidades mayores a las que puede presentar el bosque.

Ahora bien, el cambio de uso del suelo a otros usos distintos no necesariamente significa que en todos los casos las actividades alternativas al bosque generan más beneficios económicos, en muchos casos, el cambio de uso se da por la falta de reconocimiento del valor económico que tiene el bosque, a consecuencia de la ausencia de políticas e incentivos que permitan valorizarlo, explica el investigador y economista Alfonso Malky, quien, desde Conservation Strategy Fund (CSF) ha estudiado los costos de oportunidad de distintas actividades productivas que están ocasionando procesos de deforestación en el país.

"Debido a los incentivos económicos que impone el mercado y a la ausencia de políticas/incentivos que permitan conservar los bosques en pie, el país está perdiendo de manera progresiva su capital natural", dice Malky en esta entrevista con el Periódico Digital del PIEB.

¿Cuáles son las alternativas a la cuestión del cambio de uso de suelos en los bosques?

En términos globales, si se evalúan las políticas y proyectos que tratan de impedir el incremento de la deforestación, podríamos decir que a nivel global la batalla se está perdiendo, porque cada vez son más áreas de bosque están siendo convertidas a otros usos. Esa conversión responde a diversos factores de tipo social y cultural, pero principalmente, responden a factores económicos relacionados a la rentabilidad de quienes tienen el acceso o derechos propietarios sobre la tierra.

Sin embargo existen casos puntuales de situaciones inversas. Tenemos un ejemplo con la producción de castaña que es una actividad que por sí sola está protegiendo el bosque porque la rentabilidad que genera su aprovechamiento es más alta a la de otras alternativas que requerirían un cambio de uso. En Bolivia tenemos el caso de Pando donde la castaña tiene una rentabilidad interesante y está siendo aprovechada por familias locales, así como por migrantes. Existen otros ejemplos puntuales como el turismo, que han podido incidir positivamente en términos de conservación en regiones específicas y donde no existen muchas condiciones para el desarrollo de actividades agropecuarias.

Finalmente, mencionaría proyectos relacionados al pago por servicios ambientales, y dentro de estos proyectos, los proyectos de compensación por reducción de deforestación, en los cuales se compensa directamente a los que tienen derechos propietarios sobre la tierra para que no hagan una conversión de bosque. Eso significa que si un producto agrícola, por ejemplo, genera en una región específica una rentabilidad determinada y, la expansión de ese cultivo está atentando contra áreas de bosque que quieren ser protegidas, entonces, es posible desarrollar un proyecto a través del cual se compense a los propietarios con pagos similares o mayores a los obtenidos con el producto agrícola, a fin de que se mantenga ese bosque. Este tipo de proyectos, pueden o no estar relacionados a esquenas de carbono, lo importante es que cuenten con recursos suficientes para que sean sostenibles en el tiempo.

La castaña, la agricultura de soya son actividades para la exportación, ¿es por eso que hay una rentabilidad interesante para las personas que les hace optar por ellas?

Tanto los mercados internos como externos son los que determinan la rentabilidad en un producto. Un producto va a ser exportable si los ingresos que generan las ventas de ese producto en el mercado externo superan los costos de modo más amplio que si se lo comercializaría en el mercado interno. Si la suma de todos los costos, incluyendo los costos adicionales que implicaría la comercialización del producto en el mercado externo es menor a los beneficios, entonces el producto tiene condiciones para ser exportado. Eso no significa que sea mejor exportarlo, hay que comparar los beneficios netos tanto en un mercado interno como externo. Pero las estructuras de costos no son el único aspecto a evaluar cuando se quiere establecer el mercado óptimo para un producto, es necesario también evaluar demandas y riesgos. De todas formas, más allá del destino de los productos, es necesario tener claro que un propietario que cambia sus tierras de bosque a otros usos, lo hace porque para él, esos usos presentan una rentabilidad mayor, esto, independientemente de cuál sea el mercado donde finalmente se trance el producto.

Qué pasa con los territorios comunitarios de origen, es decir comunidades que viven en grandes extensiones de bosque. ¿En esos casos qué alternativa habría para conservar el bosque?

Estas comunidades dependen del bosque y, cada vez más se encuentran amenazadas por la expansión de las fronteras agropecuarias. En ese sentido y ante la baja eficiencia mostrada por las políticas de comando y control, es necesario apoyar a las comunidades en el desarrollo de productos que, a la vez que sean aprovechados de un modo sostenible y sin generar grandes impactos, generen una rentabilidad capaz de competir con los usos alternativos. De eso sí hay experiencias interesantes, por ejemplo está el caso del cacao en Ecuador, que está generando beneficios económicos muy interesantes para las poblaciones locales y, a la vez está ayudando a conservar importantes superficies de bosque.

¿En estos casos interviene el Estado?

En algunos casos interviene el Estado y, en otros, otras instancias interesadas en temas de conservación y/o desarrollo sostenible. No existe una receta, si es interés de un Estado conservar sus bosques, generar alternativas para poblaciones indígenas-campesinas que habitan en estas áreas, puede desarrollar políticas y proyectos para promover estos tipos de productos y, alcanzar así dos objetivos: la conservación del capital natural del país y, el desarrollo y mejora de condiciones de vida de las poblaciones que habitan estas áreas.

Menciono la intervención del Estado porque al parecer, decidir sobre qué actividad me da mejor rentabilidad, mantener el bosque o no, parecen ser decisiones individuales…

Son decisiones individuales, pero esas decisiones pueden depender de los incentivos que genere el Estado. Desde un punto de vista de conservación, el Estado pude jugar un rol positivo y determinante en la conservación de los bosques si sus acciones reducen las fallas existentes en el mercado, estableciendo sistemas regulatorios eficientes y, sobretodo, contribuyendo a reconocer los valores económicos que tiene el bosque. Estas acciones, deberían ser el interés de una economía de carácter social que busca desarrollar alternativas económicas, sin deteriorar su capital natural.

Usted observaba que la batalla la están perdiendo los conservacionistas…

Sí, lamentablemente ésa es la realidad que observamos, las tasas de deforestación crecen anualmente en todos los países que tienen bosque, no solo en Bolivia, es preocupante porque estamos perdiendo recursos valiosos y porque esa deforestación está teniendo efectos en el cambio climático que también está representando costos económicos importantes, principalmente para las poblaciones más vulnerables. Sin embargo, existen oportunidades para desarrollar acciones en sentido contrario. Particularmente en países con riqueza biológica como los países de la cuenca Amazónica, estamos a tiempo de establecer políticas y prácticas que en vez de empobrecernos nos generen beneficios sin deteriorar nuestro capital natural.

Fuente: Periódico digital del PIEB
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