Domingo 24 de julio de 2011
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Es una creencia generalizada que el fin de la Ley, es que impere la justicia.
Esto es cierto, pero en el sentido muy especial.
La justicia consiste en la ausencia de injusticias, que eso no existe en la fecha, ya que por todo y por nada se va judicializando. Lo que el Estado puede hacer, a través de las leyes, es evitar que impere la justicia como a la fecha se ve; en ello consiste la administración de justicia y el orden público.
La Ley, como medio para evitar la injusticia constituye un concepto negativo, por esto se dice que está permitido hacer todo aquello que la Ley no prohíbe, para cuando ella se convierta en un concepto positivo, cuando ella ya no pretenda regular las fuerzas del mal sino las fuerzas del bien, cuando ella pretenda regular la fe, la educación, el trabajo, el consumo, la producción, y en fin, cualquier actividad creadora de la persona, su derecho estará protegido, ella lo que está haciendo ahora, es sustituyendo la voluntad de la persona, quitándole su derecho a escoger y la consecuencial responsabilidad de sus actos, ella está violando su libertad, ella está privándole de su iniciativa de crear fuentes de trabajo porque no respeta la seguridad jurídica y cualquier tipo de personas intervienen esa fuente de trabajo.