Sábado 23 de julio de 2011
ver hoy
Con esa categoría, “captura del Estado” se explica la dramática evolución del crimen organizado en países como Italia, Colombia y México. Es la fase superior de la corrupción y se da cuando el soborno o la desviación de ganancias ilícitas relaciona a funcionarios públicos de mediano o alto nivel y representantes de las organizaciones criminales.
Es otra fase superior pasar de las alianzas ilegales o de los clanes familiares a las estructuras mafiosas. Aunque el origen de la palabra “mafia” se pierde en la memoria del Siglo XIX, como un acrónimo siciliano, se sabe que comenzó como una organización de indigentes, campesinos, que se agruparon para la autodefensa. Pronto pasaron de ser rebeldes primitivos a nuevos ricos, ricos que acumulan dinero y poder con el ejercicio autónomo de la ley. Para ellos no funcionan las reglas que los otros ciudadanos deben acatar.
Se apoda como mafia a aquellas agrupaciones que actúan clandestinas, violentas, con prácticas de chantaje y de intimidación. Protegen también con medios violentos a otros poderosos, entre ellos políticos y empresarios. Se reconoce que un grupo criminal es mafioso por la lucha que mantiene para controlar territorios, espacios donde sólo manda la organización. La batalla por ampliar esas zonas suele producir cruentos enfrentamientos, crímenes colectivos, muertes sádicas y afecta a decenas de inocentes. Desde hace años que la mafia, sobre todo la ligada al circuito coca-cocaína, perdió la otra característica: un código de honor respetado por los mafiosos de Palermo o Chicago durante el Siglo XX.