Jueves 21 de julio de 2011
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Según la ley de siembra y cosecha que viene a decir que toda acción tiene su reacción, cada cual sólo cosechará lo que él mismo ha sembrado, y eso lo llama el hombre «su vida».
En base a esa trayectoria compuesta por cosas positivas y negativas, en el transcurso de los años se desarrollan alegría y sufrimiento y a pesar de ello hay quien se resiste a aceptar los golpes del destino, las necesidades y las enfermedades como algo por lo que él mismo tiene que responder. Por último no nos quedará otra opción que admitir que a cada uno sólo le alcanzan las cosas negativas que corresponden a sus grabaciones personales.
Cada persona determina por tanto su trayectoria, lo que denomina “su vida”. Sin embargo no hemos de pasar por alto que no se trata de una vida superior, es decir una vida cósmica universal, sino que es una vida en la mayoría de las veces mundana y condicionada por las circunstancias de cada uno, que como se ha dicho, determina cada uno.