Miercoles 20 de julio de 2011
ver hoy
¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
Hemos despertado a la realidad: Bolivia está cambiando pero está peor y eso se debe a la cocaína y al narcotráfico que han transformado a nuestro país en una nación violenta donde todo quiere resolverse a balazos para mantener la hegemonía de un cártel sobre sus rivales. Esta percepción me estremeció cuando supe del atentado que sufrió un abogado cruceño cuando se aprestaba a ingresar al edificio de la Corte Superior de Distrito para atender asuntos normales inherentes a su profesión y recibió varios balazos de algunos sicarios que aún no han sido capturados mientras la víctima lucha por salvar su vida en un centro médico.
Hechos análogos suceden con frecuencia y su denominador común es matar a quien se considera rival o competidor en la lucha por la hegemonía de bandas, como sucede en México y Colombia, principalmente.
Iba meditando en esta dolorosa realidad que no sólo es cruceña sino boliviana porque la cocaína es producida y comercializada en todo el territorio nacional, cuando apareció en mi casa mi abnegada protectora la cholita cochabambina quien aprovecha las horas de la mañana para leerme la prensa de todo el país porque mis cansados ojos ya no pueden hacerlo, coincidiendo ambos en que verdaderamente “Bolivia Cambia” pero no para su bien sino para su mal y que si en épocas anteriores nuestras diferencias eran definidas a flechazos hoy utilizamos pistolas, ametralladoras y también dinamitazos, mientras voces colombianas u otras con acento caribeño ordenan la defensa de sus laboratorios, depósitos, arsenales y hangares, cuando son descubiertos.