Domingo 10 de julio de 2011
ver hoy
¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
–No te desesperes –le dicen a Luder cuando se lamenta por no haber encontrado la compañera ideal a causa de sus achaques y sus manías–. Siempre hay un roto para un descosido.
–Sí, pero yo no soy roto ni descosido: soy un remendado.
Envidian a Luder porque una o dos veces al mes se amanece conversando con un amigo muy inteligente.
–¡Debe ser una conversación apasionante!
–Ni crean. Como ignoramos más de lo que sabemos, lo único que hacemos es canjear fragmentos de nuestra propia tiniebla interior.
Le preguntan a Luder por qué rompió con una amiga a la que adoraba.
–Porque no tenía ningún contacto con su pasado. Vivía constantemente proyectada en el tiempo por venir. Las personas incapaces de recordar son incapaces de amar.
–¡Cómo me hubiera gustado conocer a Goethe, a Stendhal, a Hugo, a Joyce! –exclama un amigo entusiasta.
–¡Ah, no! –protesta Luder–. No los hubieras aguantado más de cinco minutos. Casi todos los grandes escritores son unos pesados. Sólo la muerte los vuelve frecuentables.
–Si me quejo a menudo de mis males no es para que me compadezcan –dice Luder– sino por el infinito amor que le tengo a mis semejantes. Me he dado cuenta que la gente duerme más tranquila arrullada por la música de una desgracia ajena.
Fuente: LA PATRIA