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Domingo 10 de julio de 2011

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Revista Dominical

Bertha Portillo, el albergue Mi Casa y su aporte a Oruro

10 jul 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Marlene Durán Zuleta - Poeta, escritora y compositora

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Después de la caída de Melgarejo, en parte iniciada por Genoveva Jiménez, el rol de la mujer en Bolivia fue fundamental en los procesos históricos suscitados a lo largo del siglo XX, por ejemplo la contienda bélica entre Bolivia y Paraguay, cuando mujeres de todas las condiciones sociales ya sean como madrinas, enfermeras, monjas o miembros de la Liga pro-Chaco, estuvieron en la vanguardia del frente de batalla para dar valor moral a los soldados de la patria. Su participación fue preponderante.

El auge de las minas trajo consigo para Oruro más trabajo, se convirtió en una ciudad cosmopolita, porque comenzó a albergar a migrantes de todas las nacionalidades que trajeron consigo laboriosidad y progreso.

La mujer, a pesar del tiempo transcurrido aún continúa relegada, porque extrañamente un 99% de las calles de Oruro, tienen nombres de varones, solamente existe una calle como Rajka Backovic, orureña célebre que fue a morir a Yugoeslavia durante la Segunda Guerra Mundial, el materno infantil tenía el nombre de Juan Lechín y dos colegios de señoritas conocidos como Donato Vásquez y Pantaleón Dalence.

Hay mujeres valiosas, que han dejado una huella indeleble, no merecen ser ignoradas, el aporte de la Dra. Bertha Portillo fue generoso, espontáneo y total. La época en que sobresalieron, eran tiempos en que no había equidad de género, ya se advertían los pasos que comenzaban a dejar rastros, no solo por la escritura sino por su aporte de beneficencia hacia la sociedad.

Corría el año 1958, cuando un grupo de damas voluntarias se reunía para realizar trabajo social, es decir de beneficencia a favor de niños, ancianos y mujeres que necesitaban ayuda moral y material de acuerdo a las posibilidades que se les podía proporcionar. Su labor de colaboración se extendió al observar que viajeros de paso por Oruro, se quedaban una noche, para continuar viaje al otro día, por sus escasos recursos dormían en la estación del ferrocarril. Esa situación motivó adquirir un bien inmueble a crédito, a través de un Banco local, en calle Aroma entre 6 de Octubre y La Paz, frente al Parque de la Unión Nacional, siendo garante la distinguida dama Dra. Bertha Portillo Lazcano que se comprometió realizar actividades: rifas, concursos, bingos que permitieran recaudar fondos para cumplir el pago mensual a la entidad bancaria.

Como propietarias del inmueble, no tardaron en comprar catres, colchones y ropa de cama, es decir el propósito era tener un lugar de hospedaje, denominado “ALBERGUE MI CASA” exactamente para que los peregrinos durmieran cómodamente y sin frío, sólo una noche en forma gratuita. No faltó un bribón que aprovechando la ocasión de que era administrada por un grupo de mujeres, se quedara por algunos meses juntamente a su familia, sin embargo después de un breve juicio tuvo que desocupar vergonzosamente.

A fines del año 1960, el Reverendo Padre Francisco Cardozo, solicitó conversar con las señoras para manifestarles que los niños que vivían albergados en el Socavón ya no alcanzaban, necesitaban más espacio, pidieron se les concediera en calidad de préstamo, esa casa, ellas nunca dudaron que dicho préstamo fuera de por vida, es así que los niños fueron trasladados al Albergue Mi Casa.

Precisamente la fotografía que rememora a estas damas junto al Sacerdote, es conservada en el ambiente principal del Albergue Mi Casa, data del año 1961.

Con el tiempo cambiaron los papeles, ya no eran los niños abandonados o huérfanos que habitaban allí, llegó a convertirse en un espacio para jóvenes menores de edad. El año 2002, en una conversación amena y de confianza la Dra. Portillo me confesó que tenía los documentos de propiedad de la casa, sin embargo la totalidad de las damas de ese grupo había fallecido y ella tenía en su poder todo el expediente que acreditaba que era dueña de dicha casa, ante su consulta decidí ayudarla. El Ing. Wálter Lague por entonces se encontraba como Primera Autoridad del Departamento y Secretario General de la misma entidad era el Dr. Freddy Ontiveros. Ningún representante de esa institución tenía conocimiento sobre la propiedad del inmueble. Además la Prefectura nunca había pagado alquiler y tampoco poseía documentos.

A tiempo de conversar con la Dra. Portillo, le sugerí la donación, asimismo le mencioné que significaría un importante servicio de ayuda a los jóvenes de parte suya y de las señoras que hicieron la importante adquisición. Al aceptar la propuesta, logré convocar como testigo al Director de Radio Fides: Freddy Salazar Zelada, quién hizo conocer al Dr. Freddy Ontiveros y a la Directora de Sedes. Se protocolizaron los documentos en el bufete ubicado en calle La Plata entre Junín y Ayacucho. A la Dra. Portillo aún convaleciente de un terrible accidente y a mi persona nos recogió la movilidad de la Prefectura, para conducirnos a la Notaría del Dr. Alfredo Luján Marañón.

A continuación mencionaremos a algunas de las benefactoras que lograron consolidar la donación del inmueble al que denominaron ALBERGUE MI CASA:

Señoras: Bertha Portillo Lazcano, Marina de Córdova Coré, Amalia Molina de Murillo, Ketty de Ortiz, Marina Sautter, Concha de Terán, Dora de Meave, Mercedes de Mirones, María de Ramos, Inés de Camargo, Lotty de Massman, Rosa de Marasovic, Angélica de Olmos, Bertha de Campuzano.

La Dra. Bertha Portillo, siguió apoyando desinteresadamente. A través de una ONG, logró consolidar un donativo que le permitió adquirir otro inmueble, primero en anticrético y luego en compra, está ubicado en la zona norte, es para las personas de la tercera edad. Pidió colaboración a un galeno que era de su confiabilidad, para que se responsabilizara, pero surgieron algunos imponderables, y necesitó que otra persona o Institución se hiciera cargo, la casa fue adquirida con un fin social.

Después, por razones de salud y su lento restablecimiento, ya no asistió a las reuniones, que estas personas de la tercera edad convocaban, justamente por una Directiva elegida por ellos mismos. En una sencilla ceremonia entregó toda la documentación para prescindir ser la responsable, otra actitud de generosidad que colocó una estrella más en la frente de la Dra. Portillo.

Guardo grabada la voz de esta dama y su rostro afable está en mi memoria, algunos sábados solíamos conversar en su domicilio de la calle Potosí esquina Tarija, días antes que ocurriera el accidente llevé al fotógrafo hasta su casa, para que le sacara una fotografía e incluirla en el libro Mujeres Orureñas, por su enorme servicio a los jóvenes y a los ancianos.

El aporte a la sociedad durante la contienda bélica del Chaco fue importante, constituyéndose como la enfermera más joven que asistió a los heridos en el Hospital General llamado Hospital Civil y la Escuela de Minas (FNI), Hospital Militar, llegó a ser ayudante de cirugía, adquirió experiencia y soportó momentos tristes. Fue la primera mujer Intendente que tuvo Oruro. Fundó la Primera Junta de Vecinos Sebastián Pagador, el Colegio de Odontólogos en 1943, la Asociación de Mujeres Universitarias el año 1948, dirigió el Comité Cívico Departamental en 1982 y reorganizó el Comité Femenino. Defendió incansablemente los derechos de nuestro Departamento, nunca dudó en hacer el bien; solía mostrarme el álbum de fotos de su papá el señor Carlos Portillo quién fuera el primer fotógrafo de Oruro, cuyas imágenes son parte de nuestra historia y que han quedado a buen recaudo.

Otro detalle eran sus manos maravillosas para el crochet, ello se veía en los manteles blancos que se lucían en su mesa de comedor y delicadas carteras del material de rafia embellecidas con perlas que solía atar.

No pudo recuperarse de su accidente, fue llevada por sus sobrinos a la ciudad de La Paz para que no estuviera sola, en ocasiones nos comunicábamos por teléfono. Murió sin ver nunca más a sus amigos. Sus restos fueron trasladados al Panteón de los Notables de nuestra ciudad, el año 2009.

El Albergue Mi Casa, actualmente tiene bajo su cobijo a 20 jóvenes menores de edad que cumplen condenas por diferentes situaciones y otros jóvenes y señoritas son llevadas/os por embriaguez y permanecen el tiempo más corto (si es posible, solo una noche) hasta que sus padres los recojan con la rúbrica de un compromiso para no reincidir. Está al cuidado personal de servicio y guardias que controlan el ambiente. Tanto el Psicólogo como los Asesores Jurídicos son de Sedeges dependiente de la Gobernación.

El beneficio que nos legó la Dra. Bertha Portillo Lazcano es haber donado estas dos infraestructuras que albergan a jóvenes que demandan orientación y comunicación y a los de la tercera edad que necesitan cariño y comprensión.

Fuente: LA PATRIA
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