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Sábado 09 de julio de 2011

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Revista Tu Espacio

Retraso del crecimiento (II)

09 jul 2011

Fuente: kidshealth.org

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La pasada semana presentamos este tema, en una primera parte. Hoy en una segunda parte hablamos sobre cómo se diagnostica el retraso del crecimiento y cuál es su tratamiento.

Muchos bebés completamente normales atraviesan breves períodos de tiempo en que su ganancia de peso se estanca, o incluso pueden llegar a perder un poco de peso. No obstante, si un bebé no gana peso durante tres meses consecutivos durante el primer año de vida, los médicos se suelen empezar a preocupar.

Los pediatras diagnostican el retraso del crecimiento utilizando unas tablas de crecimiento estándar donde ubican el peso del niño, su estatura y su perímetro craneal, medidas que se toman en las revisiones pediátricas rutinarias. Los niños que están por debajo de determinado valor de peso teniendo en cuenta su edad o que no están ganando peso al ritmo esperado serán evaluados más a fondo para determinar si tienen algún problema.

¿Cómo se trata?

Los niños con retraso del crecimiento necesitan tanto la ayuda de sus padres como la del pediatra. En algunos casos, un equipo médico completo trabajará en el caso del niño.

Aparte del pediatra o del médico de familia que lleve habitualmente al niño, el equipo puede incluir a un nutricionista para evaluar las necesidades dietéticas del niño y a un terapeuta ocupacional o un logopeda para ayudar al cuidador y al niño a desarrollar unas conductas alimentarias eficaces y solucionar cualquier problema de succión o de deglución que pueda tener el niño. Los terapeutas ocupacionales y los logopedas suelen ser de gran ayuda debido a sus conocimientos sobre el control muscular implicado en la ingesta de alimentos.

Puesto que el tratamiento del retraso del crecimiento supone tratar cualquier enfermedad o trastorno que esté provocando el problema, especialistas como el cardiólogo, el neurólogo o el gastroenterólogo también pueden formar parte del equipo.

Sobre todo en aquellos casos de retraso del crecimiento que se cree que están provocados por el comportamiento de los padres o cuidadores, un trabajador social y un psicólogo, u otro profesional de la salud mental, pueden ayudar a afrontar los problemas que haya en el entorno familiar del niño y proporcionar la guía y el apoyo necesarios.

A menudo, en los casos en que el niño se está alimentando inadecuadamente o de forma insuficiente, el tratamiento se puede aplicar en casa, con frecuentes visitas de seguimiento a la consulta del pediatra. Este recomendará alimentos de alto contenido calórico o, si se trata de un lactante, le mandará una leche artificial rica en calorías.

Los casos de desnutrición más graves pueden requerir alimentar al niño a través de una sonda nasogástrica, un tubito que se introduce por la nariz y que llega hasta el estómago. A través de la sonda se administra alimento en estado líquido a un ritmo regular. Una vez colocada la sonda, el alimento se suele administrar por las noches para que no interfiera con las actividades del niño ni limite sus ganas de comer durante el día. (Aproximadamente la mitad de las necesidades calóricas de un niño se pueden colmar por la noche a través de un goteo continuo.) En cuanto el niño esté mejor alimentado, se encontrará mejor y probablemente empezará a comer él sólo, momento en que se podrá retirar la sonda nasogástrica.

Un niño con un retraso del crecimiento extremo probablemente tendrá que ser hospitalizado para poderlo alimentar y controlar continuamente. Durante el tiempo que permanezca en el hospital, se podrán evaluar y tratar adecuadamente las posibles causas subyacentes al trastorno. Esto también proporcionará al equipo sanitario la oportunidad de observar de primera mano la técnica de alimentación de los cuidadores y las interacciones entre estos y el niño durante las sesiones de alimentación y en otros momentos.

La duración del tratamiento varía considerablemente de un caso a otro. Ganar peso requiere un tiempo, de modo que es posible que tengan que pasar varios meses antes de que el niño alcance el peso esperable en función de su edad.

Fuente: kidshealth.org
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