Loading...
Invitado


Domingo 03 de julio de 2011

Portada Principal
Revista Dominical

Carta abierta a Evo Morales

La oligarquía chilena es como un fantasma que ataca en el momento menos pensado

03 jul 2011

Estocolmo, 27 de junio de 2011

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Excelentísimo Señor Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia

Evo Morales Ayma

Palacio Quemado

La Paz – Bolivia

De mi mayor consideración:

Tomando en cuenta las últimas relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia, me dirijo a Ud. y su Gobierno para expresarle que los bolivianos radicados en el extranjero, también nos preocupamos por el destino de nuestro país.

Por medio de la televisión pude observar, hace algún tiempo, cuando Ud. se encontraba de visita en Chile. Lo vi junto a Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, y debo confesarle que sentí escalofríos en el cuerpo. No precisamente porque haya pisado suelo chileno, sino porque la oligarquía chilena, es como un fantasma negro que ataca, con su puñal por la espalda, en el momento menos pensado.

Con la señora Bachelet Ud. inició una agenda de 13 puntos, en donde se tomaba en cuenta la demanda marítima boliviana. Muchos años han pasado y, aunque la señora Bachelet sea una mujer socialista, no se ha logrado absolutamente nada. La agenda diplomática, un tanto amarga, fue un fracaso absoluto. Bachelet, a tan sólo un año de haber sido electa como presidenta de Chile, declaró: “... Chile debe estar disponible para aumentar el acceso al mar de Bolivia, para conferir una cualidad marítima, pero sin conferir soberanía”. No debemos olvidar que detrás de la señora Bachelet actuaba, como hoy, el Ejército y su repugnante oligarquía. Razón tuvo Fidel Castro en calificar a la derecha chilena como “lo más rancio de la oligarquía”.

La retórica del señor Sebastián Piñera y la prepotencia de su Gobierno, obedece a su Ejército prusiano. A pesar de ello; en Chile hay muchos intelectuales progresistas, poetas, escritores, artistas y miembros del Partido Comunista Chileno que abogan para que Bolivia tenga un acceso soberano hacia las costas del Océano Pacífico. Sin embargo, existe también la otra cara de la medalla. Reconocidos historiadores chilenos como Francisco Antonio Encina, Oscar Espinoza Moraga, Diego Barros Arana y Benjamín Vicuña Mackenna, sólo para citar algunos, han manipulado la historia de la Guerra del Pacífico; para justificar la usurpación del Litoral boliviano. Los textos escolares e incluso universitarios, han ocasionado falsas interpretaciones de la Guerra del Pacífico. De ahí, que se escucha decir que Bolivia nunca tuvo mar. A esta misma afirmación, se suma un porcentaje de la población del país mapocho. Decir que Bolivia nunca tuvo mar, es como afirmar que los rayos solares nunca llegaron a la Tierra.

Mucho antes que estallará la Guerra del Pacífico, Chile y su aliado de siempre Inglaterra, planificaban en secreto, una emboscada para apoderarse de los territorios peruanos y bolivianos ricos en salitre y guano. En 1866, empresarios chilenos e ingleses tenían los ojos puestos en los extensos yacimientos de salitre en la pampa de Antofagasta. La camarilla chilena de entonces, decidió que esos yacimientos deberían pertenecer a Chile. Para lograr con este objetivo aplicaron la teoría maquiavélica de Diego Portales. Y de esta manera destruyeron la Confederación Perú-Boliviana, que era el sueño integracionista de Simón Bolívar.

Han pasado 132 años desde que se clavó un cuchillo en el corazón de América del Sur, y cada vez que Bolivia reclama una salida soberana hacia las costas del Pacífico, Chile reacciona de una manera incongruente, y no quiere dar ninguna solución al enclaustramiento boliviano. Es más, responde con la fuerza bruta, amenazando con su Ejército, sin importarle la vida humana. Sin importarle principios de hermandad, de civilización, de solidaridad, de soberanía, de integración y de complementariedad.

A Chile le gusta ver a una Bolivia sumisa, que no hable de la usurpación del Litoral, que le venda gas; y mucho mejor si le da acceso a sus manantiales y a sus ricos territorios en litio. Pero se han olvidado, que ya no son tiempos de piratería y de saqueo. Tampoco es posible que Inglaterra actúe, en tierras ajenas, con sus lacayos andinos por delante. Además, el Estado Plurinacional de Bolivia se hace respetar, y lo más importante: ya no existen vende patrias como Mariano Melgarejo.

Estoy completamente de acuerdo con Ud. El Tratado de Paz y Amistad de 1904, nunca trajo ni paz, ni amistad. Si Chile y Bolivia fueran dos países con relaciones diplomáticas normales, entonces sí podríamos hablar de una amistad en todo el sentido de la palabra. El ministro de Defensa y canciller chileno, Andrés Allamand, ha demostrado que Chile, al igual que Israel, no dudará un segundo en utilizar sus aviones de guerra F-16, sí las condiciones lo exigen. Por consiguiente, la paz es vulnerable según el Ejército chileno.

Chile ha violado, varias veces, el Tratado de Paz y Amistad de 1904. Citaré tan sólo algunos ejemplos. El canciller chileno Ríos Gallardo, trazó un proyecto contra Bolivia. Y como fruto de ello, tres años antes de la Guerra del Chaco, impidieron el tránsito, por territorio chileno, de armamentos destinados a Bolivia. Los pasajeros bolivianos y sus cargas ya no pueden desplazarse como antes por vía férrea. Chile desvía arbitrariamente las aguas del Silala y del río Lauca, que están en territorio boliviano, para su consumo. Violaciones que deben ser acusadas en Cortes Internacionales de Justicia.

Bolivia nunca fue, ni lo es un país militarista y guerrero. Más bien es un país con diferentes etnias, rico en cultura y con una cosmovisión andina muy particular.

El hecho de que Bolivia no haya logrado, en la 41 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), un apoyo mayoritario, como en 1979, no significa que no pueda avanzar en su reclamación marítima. Sus expertos en la materia deberán esbozar, con la frente bien alta, una estrategia acertada para lograr una salida soberana hacia el Océano Pacífico.

Bolivia hoy, como en el pasado, juega un papel importante en la historia del Continente Sudamericano. El país goza de extensas riquezas naturales, su ubicación geográfica es de relevancia internacional. No sin motivo los presidentes de Chile, Brasil y Bolivia, en el año 2008, expresaron su anhelo de construir un corredor bioceánico que conecte al Océano Atlántico con el Océano Pacífico mediante Bolivia, creando así fuentes de trabajo en los tres países. En consecuencia, Chile debe entender que la solución del problema marítimo boliviano, no solamente es un tema bilateral, sino también, en gran medida, es de interés continental. Hoy más que nunca, Bolivia necesita un puerto con soberanía para la exportación de sus materias primas.

Dadas las circunstancias actuales, Bolivia debe custodiar estrictamente su frontera, kilómetro por kilómetro, para que Chile no siga violando los hitos fronterizos, ni siga desviando, a su favor, las aguas de manantiales bolivianos.

En la sesión plenaria de la OEA, en El Salvador, el pasado junio; el canciller chileno Alfredo Moreno anunció: “Chile no está en condiciones de otorgar a Bolivia, un acceso soberano al mar, menos aún sin compensaciones”. Estas palabras reflejan el descaro y la patraña sucia de la política internacional chilena. Chile arrebató a Bolivia su Litoral que comprende 120.000 km² (sin contar el territorio usurpado al Perú). La oligarquía chilena se ha alimentado de las riquezas naturales bolivianas: guano, salitre, plata y cobre. Y aún piden un territorio boliviano, en caso de devolver un trozo de territorio usurpado a Bolivia. Esta lógica invertida, no cabe en las mentes de los seres humanos del siglo XXI que tienen dos dedos de frente. Ningún boliviano, desde el más erudito hasta el más ignorante está dispuesto a ceder un milímetro de territorio boliviano a Chile. Ningún país del mundo plantea semejante desfachatez como Chile.

Estamos en el siglo XXI, el Muro de Berlín se ha caído hace mucho tiempo, los Países Bálticos, ya no están sujetos al yugo de la ex Unión Soviética, Etiopía ha devuelto territorios a Eritrea, y así hay muchos ejemplos en el mundo. Chile, a pesar de las palabras de Salvador Allende en cuanto al tema marítimo boliviano se refiere, se ha empecinado en no reparar su centenaria deuda con Bolivia. La oligarquía chilena y su Ejército, no entienden lo que significa integración latinoamericana, y se han estancado en sus postulados del siglo XVIII

Por último Sr. Presidente, tengo la plena confianza y firme convicción de que Ud. y su Gobierno tienen las fuerzas y legados históricos muy importantes, para encarar el enclaustramiento boliviano. Bolivia ha tratado, por todos los medios razonables habidos y por haber, de lograr un diálogo fructífero con Chile durante 132 años (!), pero su recalcitrante oligarquía es ciega, sorda y semi muda. Cuando se expresa da vueltas en un círculo vicioso distraccionista y sus mensajes caen al vacío. Por esta razón, Bolivia deberá tratar el tema marítimo de la mejor manera posible. Ya sea a nivel bilateral, trilateral o multilateral según los avances estipulados. No se debe perder ni un segundo en esta tarea, a la cual muchos países e intelectuales, de toda índole, han expresado su apoyo y sus opiniones de justicia.

Sin otro motivo, me despido de Usted, su Gobierno y de todo el pueblo boliviano.

Atentamente.

Javier Claure Covarrubias

Para tus amigos: