Sábado 02 de julio de 2011
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Como no podía de ser de otra manera, vi por televisión el encuentro de fútbol entre los seleccionados de Bolivia y Argentina en el salón principal del Naiclú “Malena” de la ciudad de El Alto donde habían instalado una pantalla gigantesca y donde los espectadores nos acomodamos cual si estuviéramos en el sector de la General del Estadio Hernando Siles, vale decir con nuestras botellas de cerveza, piernas de chancho al horno, fritangas, chicharrones, y anticuchos, aunque algunos espectadores exigentes consumieron deliciosas ranga-rangas, también llamadas “ají de toalla”.
En medio de una entusiasta barra deportiva, mi comadre Macacha y yo fuimos preferentemente acomodados aunque ella no entiende mucho de fútbol porque su especialidad son las Finanzas pues afirma que estudió en La Plata (Argentina), famosa casa de estudios superiores por donde pasó aunque nunca ingresó en ella.
Estando sentados muy cerca del yatiri Huayruru conversamos acerca de la suerte deportiva que correríamos anoche frente a la Argentina, manifestándome el brujo andino que confiaba en un buen resultado porque con la debida anterioridad habían sido invitados al vecino país algunas autoridades bolivianas como el Presidente Evo Morales y algunos de sus Ministros, lo cual permitió también el viaje de los yatiris Calimán y Titirico, íntimos del Canciller David Choquehuanca quien les habría ordenado realizar actos de hechicería andina-amazónica en el hotel donde se alojaría la delegación futbolística argentina.
