Después de mucho tiempo, mi tía Conchita que vive en Torrelodones (España) y que es la única pariente que se opuso al matrimonio de sus sobrina Pilar con un indiano periodista que aseguraba poseer varias “minas” en Bolivia, me llamó por teléfono pues se encontraba algo alarmada por ciertas noticias producidas en Bolivia.
- Hola, sobrino, hablas con tu tía Conchita, la de Torrelodones, donde ahora hace muchísimo calor…
- Tía Conchita, me alegra mucho saber de ti después de muchos meses de silencio.
- Es que es muy difícil hablar contigo porque unas veces estás en Cochabamba, otras en El Alto, otras veces bailando en honor de tus dioses, y también porque has cambiado de nombre ¡pues me dicen que ahora te llamas Paulino Huanca! Qué costumbres tan extrañas tenéis en ese país tan folclórico.
- España también folclórica, tía Conchita, ¡mira que tener un presidente Zapatero hace tantos años!
- Bueno, sobrino Paulino, te llamo porque la televisión europea ha informado que tu país desconocerá temporalmente los acuerdos con la Convención de Viena porque éstos mantienen que la coca es un estupefaciente mientras vuestro gobierno por labios de un cacique de apellido Choquehuanca sostiene a rajatabla que la coca es una hoja sagrada y que la mayoría de los bolivianos la mastica.
- En primer lugar, tía Conchita, el Canciller boliviano señor Choquehuanca no es ningún cacique, y luego no es verdad que la mayoría de los bolivianos acullicamos coca y millones de mis paisanos tampoco lo han hecho.
- ¿Cómo es eso de a-cu-lli-car, un verbo que no figura en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua…?
- Es un verbo muy difícil de pronunciar para los españoles de Torrelodones y mucho peor para los delegados de las Naciones Unidas que trabajan en Viena.
- Pero dime en qué consiste eso de a-cu-lli-car.
- Por lo que he observado algunos campesinos y mineros bolivianos, éstos se llevan a la boca una buena porción de hojas de coca y la mastican hasta formar un bollo que guardan dentro del paladar y luego introducen en la misma cavidad bucal un preparado duro que contiene carbonatos de sodio y algunas sustancias más que al mezclarse con la coca les adormece la región bucal y les quita el hambre.
- Basta, no me cuentes más, porque eso significa drogarse permanentemente para no sentir dolores, ni fatigas, ni hambre.
- Esto te lo cuento a ti, tía Conchita, porque eres mi pariente, peo no les cuentes a tus amigos de NN.UU. en Viena porque a mi gobierno le conviene que ellos sigan creyendo que el a-cu-lli-car es algo inocente y que lo practicamos todos los bolivianos, o la inmensa mayoría, lo cual no es cierto.
- Bueno, querido sobrino indiano, ya sabes que te llamo así porque los españoles descubrimos América cuando pensábamos llegar a la India en busca de especies.
- ¿Algo más deseabas decirme, tía Conchita…?
- Saludos al Cacique Choquehuanca que menudos problemas tendrá que resolver explicando que el a-cu-lli-co es inocente, que la coca no es estupefaciente y, además es sagrada para todos los bolivianos.
PAULOVICH
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