El elevado endeudamiento y la crisis social que afronta el llamado viejo continente, particularmente en Grecia, crea crecientes tensiones en la Eurozona y amenaza la estabilidad de esa moneda.
Pese a que el euro acumula una apreciación ventajosa frente al dólar, transita por una etapa incierta y de enormes peligros, asociados en gran medida a la difícil situación en ese y otros países de la zona.
En efecto, el euro cayó el jueves último en su equiparación con la divisa estadounidense, y también manifestó esa tendencia poco después de abrir la sesión del viernes.
Sin duda, la preocupación sobre alto endeudamiento de Grecia reduce el apetito de los inversores ante el riesgo y eso afecta a la moneda europea.
De acuerdo con expertos, un posible rescate de la deuda en esa nación, parece un tema inacabable que suscita un sentimiento negativo en los mercados financieros.
Algunos analistas ven como eventuales escenarios de desenlace, el abandono de Grecia de la Eurozona, algo muy preocupante para el continente, porque amenazaría la unión alcanzada luego de décadas de esfuerzo.
También, que esa nación se declare en quiebra, pero sólo entre los países que adoptaron el euro, o que se restablezca según previsiones, pese a un débito de más de 350 mil millones de euros.
En la actualidad la crisis se extiende y afecta a otras naciones que afrontan una situación grave también, como España, Bélgica e Italia.
Esos Estados no están exentos tampoco de que continúen las grandes manifestaciones de protesta ante posibles recortes y otras medidas impopulares.
Tales elementos o factores gravitan contra la divisa europea, lo cual se aprecia en el comportamiento negativo de indicadores relacionados con ella.
Por otra parte, en naciones como Alemania, principal economía europea, Francia y otras estables desde el punto de vista financiero, es cada vez más difícil un apoyo monetario interno de rescate a Atenas u otros eslabones de la cadena de mayor endeudamiento.
A ello se suma el malestar creado por el proyecto del Plan de Gobernanza y el Pacto del Euro.
Estos concitaron esta semana y con anterioridad profundo malestar entre las masas europeas por lo que entrañan de recortes de políticas sociales, reducción de salarios, aumento de tasas impositivas, que disminuyen la capacidad adquisitiva de los trabajadores.
Además, el viejo continente sufre un descomunal desempleo que golpea a más de 21 millones de personas, lo que sumado al ingente déficit público, aporta un panorama contrapuesto a lo que se conoce como una economía fuerte.
No se concibe una moneda vigorosa en una economía débil, de ahí que los expertos concuerden en que el futuro del euro está indisolublemente asociado a la suerte de la salud económica y social de la Unión Europea.
Mientras ésta sea incapaz de salir de esos problemas, la evolución de su divisa se verá amenazada y sujeta a frecuentes vaivenes.
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