La hegemonía política que por mucho tiempo se ha combatido para devolver al hemisferio su cualidad democrática, en especial a los países de América Latina, nuevamente hoy se pone en vigencia como un elemento controversial que busca terminar con el quinquenio que ha llevado a Bolivia y otros países del continente al intento de imponer un sistema dictatorial o totalitario, con la eliminación de toda forma de expresión partidaria que permita establecer el natural equilibrio que juega con los pesos y contrapesos en la sociedad.
Estas expresiones sustentadas en Bolivia, por el “mecanismo judicial” que politizado a permitido a la estructura gubernamental, controlar “el juego democrático”, tuvo como característica “un espantoso silencio comprometedor” impuesto por el ejercicio del miedo y la persecución que aún no termina, pero que sin embargo, se muestra débil en la presente coyuntura que, de manera sistemática, está cambiando el “mapa político regional”.
Se trata de la presencia de nuevas organizaciones de carácter partidario que emergen como resultado y efecto de algunas decisiones de gobierno, cuyo “efecto boumerang” ha “golpeado severamente” a la estructura social que había conquistado el Movimiento al Socialismo, para obtener hasta un 64 por ciento de la preferencia electoral en Bolivia. Esta pérdida de credibilidad y confianza del medio social, contradice lo que hasta hace poco, era la “columna vertebral” que sustentaba la actual estructura gubernamental y que, aparentemente, sigue incólume a los ojos del “señor presidente”.
En otras palabras, la “adormecida opinión pública” ha despertado y exige, “como condición sine cuanon”, actores políticos de nuevo cuño que con su visión de Patria, hagan frente a los intentos de cooptar a través de dudosas elecciones, el Poder Judicial que, de hecho, está comprometido con el accionar del poder político. A decir del pensador y periodista, Carlos Montenegro, “la función que (la opinión pública) asume en el curso de la historia boliviana, en su dimensión real del valor influyente que ha tenido el periodismo… es el señalamiento de las rutas seguidas por los destinos nacionales”.
Inclusive, podemos insistir en el concepto, con nuevas frases del pensador: “Los conductores de la vida boliviana, a partir de aquella época (1870 - 1900) se debe… a la prensa, tanto porque ella les ha ofrecido el ambiente propicio para cimentarlo, cuanto contribuyó decididamente a estabilizarlos en el poder”.
Podría decirse que la influencia del periodismo en Bolivia se mantiene, por cuanto sus protagonistas sostienen a raja tabla, la vigencia plena de la defensa de los valores humanos y derechos ciudadanos, labrados a costa de innumerables sacrificios históricamente registrados, además que su comportamiento éticamente responsable, ha encasillado su accionar en la principal institución con credibilidad que le delega, además, la confianza de la sociedad. No otra cosa significa que las nuevas organizaciones de carácter partidario hayan realizado la presentación de su decisión, precisamente, en actos públicos con el respaldo y la presencia de periodistas. En el cumplimiento de su deber, estos trabajadores de la comunicación, cumplieron con su deber constitucional, de informar y generar nuevas corrientes de opinión, tanto en el oriente como en el centro y accidente del país.
La coyuntura presente, además, está respondiendo a la gran interrogante que el país se ha planteado. ¿Después del MAS, quién? Las nuevas estructuras políticas abren en el horizonte, nuevas perspectivas y nuevas esperanzas para el país, que ya no cree en el cambio que se viene ejercitando desde hace un lustro. Exige de las nuevas corrientes, sólo pensar en Bolivia, sin los duros sobre saltos, ni las reacciones contrarias al ejercicio del poder en democracia.
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