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Domingo 26 de junio de 2011

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Revista Dominical

En el Año Nuevo Aymara

Ritos y costumbres se imponen como una moda

26 jun 2011

Fuente: LA PATRIA

Por: Alicia Navía Mier

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Con los cambios que se producen en nuestro país a nivel político, económico, social y otros, algo que también va imponiéndose son los ritos y costumbres, que perduran por años y que a raíz de las estrategias del gobierno se ponen simplemente, de moda.

Claro ejemplo de lo que afirmo son los ritos realizados en 80 lugares considerados por sus adherentes, sagrados en todo el país, puesto que jóvenes y algunos adultos con pompa y sonaja manifestaron que recibirían el año nuevo aymara en estos lugares como si fuese un máximo logro.

Estos ritos y costumbres evidentemente son costumbres de nuestros ancestros, abuelos e incluso padres pero no en las dimensiones que actualmente se imponen, por ejemplo el hecho de recibir el año nuevo aymara en sitios sagrados, como los denomina el gobierno, no se hizo hasta no hace muchos años lo que algunos jóvenes y adultos aprovechan simplemente para un momento de consumo de alcohol y otro para enamorar.

Lo dicho anteriormente, se observó en la waca o lugar sagrado que se encuentra en nuestra ciudad, denominado Quri kancha, cerro ubicado al oeste de nuestra ciudad, al parecer el más alto, al que un centenar de personas subieron para recibir energía de los primeros rayos del sol el 21 de junio, según los entendidos en el tema, la moche más larga del año.

Al sitio sagrado se fue ascendiendo a partir de las 02:30 horas y las últimas personas que llegaron al sitio mas o menos estuvieron a las 06:30 horas muchos creyentes y de verdad personas que conocen de sus tradiciones y respetan los ritos y costumbres andinas, pero muchos simplemente por estar de moda, sin ningún tipo de convicción.

Ya en la cima, como es de esperar, las personas que asisten a estos ritos simplemente porque esta de moda, se ocuparon de beber muy al contrario de otros que respetando sus creencias compartieron la verdadera costumbre que es acullicar coca y esperar el momento exacto de la salida del sol.

Mientras los creyentes se molestaban por la actitud de las personas que además contaminaban el lugar dejando botellas de alcohol que consumieron los otros, ya estaban pensaban en como limpiar el lugar para evitar que exista más contaminación ambiental.

Este es el aspecto malo o negativo de este tipo de actividades que este año se incrementó en varios lugares de Bolivia porque por decisión del gobierno, ministros y viceministros se ocuparon de organizar estas costumbres, por lo que creemos que este hecho negativo repercutió también a nivel nacional, ya que hace algunos años, esta costumbre de esperar los primeros rayos del sol, se hacía solo en Tiahuanaco lugar sagrado reconocido por la misma historia.

POSITIVO

A pesar de esa situación negativa, lo positivo de la llegada del año nuevo aymara, fue la presencia de los componentes del Centro Autóctono Sartañani, quienes desde hace muchos años realizan un rito para la trasmisión de mando de sus autoridades, puesto que para ellos la gestión inicia justamente el 21 de junio.

En la ceremonia andina, no podía faltar un yatiri, en este caso una yatiri, una anciana que según cuenta ya tiene 94 años y permanece lúcida y con ganas de vivir si el tata Inti o Padre Sol lo permite.

La anciana que aparenta fragilidad, logró subir el cerro Quri Kancha el cual muchos nos preguntamos como llegamos en horas de la noche al lugar, un cerro bastante alto al que se llega hasta cierto punto subiendo gradas, pero después se sigue una especie de camino que según nos contaron se hizo una senda tanto subir cada año.

Ya en el sitio sagrado se preparó la k’oa o mesa dulce a orden de la mama Matilde, la yatiri, que hace 17 años acompaña en la trasmisión de mando de las autoridades del Centro Cultural Autóctono Sartañani, quién con su personalidad tan alegre y entusiasta se gana el corazón de las personas, pues uno la ve tan frágil pero el momento de hablar o incluso bailar contagia su entusiasmo pero a la vez se la ve como una autoridad mayor de quién se debe aprender bastante debido a su experiencia.

Mama Matilde como todos le llaman pide las mesas dulces que las nuevas autoridades de Sartañani presentan a la luna, a la Pacha Mama o Madre Tierra, y esencialmente al Tata Inti o Padre Sol, pero a la vez exige un sullu o feto de llama macho esencial para la presentación de este tipo de rito o costumbre ancestral.

Mientras se prepara la mesa blanca que contiene tablitas elaboradas de un material que al llegar al fuego empieza a derretirse y cada una de ellas lleva una especie de dibujo en alto relieve con distinto significado, como el de doce platos que significa que no falte comida, otras donde se encuentra una casa o un auto, pidiendo que se cumpla el deseo de tenerlo.

En otras tablitas también existen el dibujo de las cuatro plagas como son el lagarto, la víbora, las hormigas y el sapo a quienes se les pide riqueza o que no falte nada en la casa, por ser una costumbre que especialmente tenemos en Oruro, de esta manera se pide a las deidades algunos favores que son de mucha importancia para los creyentes.

Tras preparar las mesas se incorpora doce hojas de coca que significan cada uno de los meses del año para que todo lo pedido se haga realidad a pesar que otras personas tiene sus propias creencias pues se vio que una puso en vez de tablitas, maíz desgranado y choclo seco, lo que también fue respetado por la mama Matilde.

Al observar que ya se acercaba la hora de ascenso del Tata Inti, la yatiri dio la orden de ubicar las mesas sobre las fogatas que encendieron para calentar el ambiente, en primer lugar lo hicieron las nuevas autoridades de Sartañani y posteriormente las demás personas.

Una vez ubicadas las mesas blancas, la mama dio la orden de realizar la ch’alla alrededor de la k’oa dando tres vueltas pero en sentido contrario de las manecillas del reloj, concluida la orden se debió colocar la botella de cerveza ante el sitio por donde emergería el sol y si salía espuma era de buena suerte según explicaron.

Este fue un momento emocionante porque las personas cumplían el rito, de forma exacta como lo pedía la mama Matilde que mientras se cumplía la costumbre ella tocaba una campana para alejar los malos espíritus y al concluir toda la ceremonia gritó Jallalla que al parecer significa Viva.

Posteriormente los integrantes de Sartañani pidieron a los presentes pasar a la parte posterior y ponerse de rodillas dejando sola a la mama Matilde para que brinde los honores al astro rey o Tata Inti con las manos extendidas para recibir nuevas energías que le llenan de vida según asegura.

Es de esta manera que se llevó a cabo este rito que a muchos que fuimos por primera vez nos llamó la atención y nos permitió conocer dos aspectos de este tipo de costumbres que como decía al principio son para algunos ancestrales y sagradas y en otros casos simplemente porque estar presente en este tipo de acontecimientos es cumplir con algo que está de moda, no lo digo esencialmente por Oruro también en otros lugares como en Tiahuanaco lugar al que asisten grupos de amigos simplemente para pasar un momento de distracción y consumo de bebidas espirituosas, libremente.

Fuente: LA PATRIA
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