Viernes 24 de junio de 2011
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Editorial y opiniones
Marchas libertarias y jurar “que otra cosa será el porvenir”
24 jun 2011
Por: Edgar Jorge Rodríguez Alánez
Un silencio se multiplica entre las gentes, que entre los lados de la calle miran y ven las hileras de gorras blancas, chaquetas negras, pantalones blancos, las gentes no ven que sus pechos se agitan, no oyen ese resoplido que tratan de acallar entre sus pulmones, no ven el estremecimiento que sienten sus pechos henchidos ni ven con sus ojos la mirada que tienen.
De pronto las notas de clarines se elevan, la “Llamada de Ordenanza”, se alistan los estandartes, y están atentos a cada instante de la llamada, el silencio corre de la mano de las únicas notas que pueden hacer del silencio un grito, un clamor, en las mentes la presteza, como si estuvieran a punto de ir al combate, como si después del silencio ese clamor anunciado se hiciera realidad.
Rompe el silencio de la llamada, un estruendo de redobles gruesos y chillones de tambores y timbales, las notas de una marcha y el estruendo de la marcha, rompe y alienta el asombro de las gentes que se encuentran a ambos lados de la calle.
