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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Los refugiados: Mala señal para la democracia - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Se recordó el día de los refugiados. De aquellas personas que tienen la desgracia de haber sido víctimas de desastres naturales; pero, también aquellos que han sido contestatarios al régimen político que impera en su país de origen; o se han atrevido a protestar por la forma en que sus respectivos gobernantes manejan la cuestión pública. También están aquellos que discrepan con las ideas religiosas, o simplemente aquellos ciudadanos que no le cayeron bien al gobernante de turno.
Pero, la verdad es que el estatus de refugiado de cualquier ciudadano del mundo, no hace sino humillar su condición de ser humano al ponerlo en la vitrina de la ignominia, así los organismos internacionales para los refugiados muestren una compungida cara solidaria y humanitaria. Ellos, sólo están cumpliendo un trabajo; el país, donde desempeñan sus funciones, les paga al ser signatario de esos organismos internacionales llámese Acnur, o tenga cualquier otro nombre.
Lo que tendrían que hacer esos organismos internacionales es evitar que existan refugiados; es decir, influir ante los organismos internacionales para que exista en todos los países una democracia plena; para que el reclamo por una verdadera libertad de pensamiento y expresión, no se convierta en un pretexto para perseguir a los ciudadanos, y exista un control de la forma en que se llevan adelante los juicios políticos; esos, que obligan a los ciudadanos a abandonar su hogar, su familia, sus amigos y su patria convirtiéndolos en apátridas y ciudadanos de tercera, lejos de su país de origen.
En el 2010, cerca de 44 millones de personas fueron víctimas del desplazamiento forzado; es decir, se convirtieron en refugiados, el registro más elevado en 15 años. El 80% de estas personas de todas las edades, razas, género y condición social, vive en países en vías de desarrollo. Porque los países, llamados del primer mundo o “desarrollados” están mucho más alejados de la solidaridad y muy cerca del egoísmo.
Al recordarse el día del refugiado, nadie ha mencionado que en Bolivia son más de 160 ciudadanos los que han tenido que abandonar el país como refugiados, especialmente a países vecinos, por falta de garantías ciudadanas y juicios políticos que se llevan adelante en nuestro país. De ese número de refugiados que son oficialmente reconocidos, sólo en el Brasil están 116; los demás en Perú y Paraguay. Esa no es una buena imagen para un gobierno que se califica democrático; y menos una buena señal que muestre un Estado donde se dice que impera la libertad y la ley. Sólo los países donde existen regímenes totalitarios tienen ciudadanos fuera de sus fronteras, en busca de protección.
En Bolivia, quienes han sufrido el desplazamiento forzado en los años 70 y 80, el abuso de los gobiernos dictatoriales en cárceles, donde han sufrido torturas o han encontrado la muerte, vienen en llamarse “víctimas de las dictaduras”; y están todavía a la espera de una compensación económica legítima, con fondos de organismos internacionales, para ellos o sus familiares, por todos los sufrimientos a los que fueron sometidos en esos años donde brillaban galones y la bota militar era implacable con todo aquel que se les ponía al frente.
Los expedientes de los refugiados interna y externamente, están todavía siendo “calificados”, como requisito para recibir esa compensación; se ha solicitado que las autoridades cumplan con una ley que los ampara. Pero, los encargados de “calificar” expedientes les exigen poco menos que fotos de las torturas, como prueba que han sido víctimas. O boletos de viaje al exterior durante su desplazamiento forzado. Esos ciudadanos ya han sufrido toda clase de humillaciones durante su estadía en el exterior, donde tenían que presentarse regularmente a las comisarías policiales y enfrentarse a serias restricciones para realizar actividades con normalidad. Ahora resulta que siguen siendo humillados por burócratas gubernamentales.
El anterior lunes se recordó el “Día del Refugiado”, con discursos de “solidaridad”, “con pena por quienes sufrieron o sufren el castigo del refugio”; cuando el verdadero recordatorio debiera haber sido con una protesta contundente, porque todavía en el mundo, lejos; en Latinoamericana, y en nuestro propio país existen bolivianos que sufren la humillación del refugio, el que hasta perece una extraordinaria concesión, frente al peligro de sufrir penas de cárcel en un juicio político, como los que están hoy de moda en Bolivia.
Por lo menos… esa es mi opinión.
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