Jueves 23 de junio de 2011
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Tal como se comenta, se ve a nuestros oficiales y soldados apresados en Chile, nos prueba la indefensión de nuestro país. Aquí no hay sentimentalismo o romanticismo patriotero por parte -naturalmente del autor del comentario- existe una verdad dura, somos débiles y las naciones débiles desaparecen. No hay forma de hablar con Chile, ninguna nación amiga o "hermana" pondrá el pecho por nuestro país.
En tanto, la incursión de nuestros soldados a territorio chileno es, un motivo para que nos muestren los dientes, para una posible dentellada que puede ser a la torta nacional que los araucanos saben y conocen en qué lugar está. Tampoco existe un antichilenismo a ultranza que no tiene razón de ser.
La nación señores, no puede seguir así: de feriado en feriado, alimentando la holganza en tanto tenemos necesidad fundamental de trabajar y construir Bolivia. Divididos, improvisando política interna e internacional, enjuiciando opositores, por el más nimio motivo.
En anteriores comentarios sosteníamos que Chile conoce bien todas nuestras debilidades, la consuetudinaria ingenuidad nacional, pidiéndole a Chile algo que no lo va a dar, salvo un canje territorial por agua dulce, territorios, electricidad, minerales que la nación trasandina requiere para mantener a su pueblo. Ese es el leit motiv (la razón) de Chile, de su vida, de su existencia. La prueba es Chuquicamata que mantiene al ejército chileno con el 64% de sus ingresos y es poderoso. Lo tomaron porque simplemente valía, de no haber significado riqueza no lo hubieran tomado, menos hubiese existido Guerra del Pacífico.