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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Los tres del “casus belli” - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
El Presidente electo del Perú, Ollanta Humala, quien debiera asumir la primera magistratura del mismo país el 28 de julio, hogaño; ha declarado respecto de la cuestión marítima boliviano-chilena: “La mejor intervención de Perú en el tema sería no meterse” (versión de “La Razón”, La Paz, 17/06/11).
La manifestación no es feliz, tampoco correcta. Refiere una falta de tino, aún de conciencia histórica respecto del problema, pues bien, ésta no es comprensible sin la participación de Chile y los aliados –Perú y Bolivia– de 1879; el “casus belli” de este año, según la tesis chilena, se reduce a la alianza antes mencionada, formalmente denominada “Tratado de Alianza defensiva”, que Bolivia y Perú suscribieron en febrero de 1873.
Antes bien, aclarar el espíritu de este Tratado “defensivo”, es menester de la historia. Mediante ley 8 de noviembre de 1872, la Asamblea Nacional de Bolivia autorizaba la sanción del Tratado: “un tratado de alianza defensiva, contra toda agresión extraña”, textualmente normaba.
Tratábase, ateniéndose a la letra, de un Tratado estrictamente defensivo y no así ofensivo. Así lo precisa su artículo fundamental: “Las Altas Partes contratantes se unen y se ligan para garantizar mútuamente su independencia, su soberanía, la integridad de sus territorios respectivos; obligándose en los términos del presente Tratado a defenderse contra toda agresión extraña, bien sea de otro u otros Estados independientes, o de fuerza sin bandera que no obedezca a ningún poder reconocido”.
Habríase realizado este pacto, pues, ante los avances geopolíticos del país Chile sobre el Litoral de Bolivia, ello es ampliamente conocido y no requiere, por ahora, pruebas textuales.
No es síntoma de política correctamente aprehendida, la declaración del Presidente electo Humala, porque el sentido de la historia –estructural para la política– no está.
En Arequipa, el 23 de junio de 1883, la Asamblea del Perú votaba la siguiente ley reservada que, en una cláusula determina:
Artículo segundo: “El Congreso, en ejercicio de las amplias facultades que ha recibido de los pueblos, con el objeto de resolver la cuestión anterior, autoriza y requiere al Gobierno Provisorio Constitucional, para que celebre la paz y le recomienda la estipulación de una tregua, prescribiéndole en todo caso, el acuerdo con la República de Bolivia en conformidad con los pactos internacionales que ligan a los dos países y los deberes de honor y lealtad a que están recíprocamente obligados”.
Promulgada por el Ejecutivo, a la sazón presidido por el Contra-Almirante don Lizardo Montero.
Sentido de la historia. Manifestación de la política originaria.
Cualquier aspiración boliviana, entonces, está intrínsecamente relacionada con el Perú, su mediterraneidad relaciónase con su aliado de guerra. No hace falta recordar el Tratado de Ancón entre Chile y Perú, mediante el cual este país cedía Tarapacá, como determinante para la clausura boliviana. Chile no estaba dispuesto a ser un país geográficamente dividido.
Este ciudadano sostiene, por razón de historia entonces de corrección, que el debate, en cualquier campo, debe encontrar, para una solución que reivindique la costa en el Pacífico a Bolivia, a los protagonistas del origen bélico en 1879; una potencia que planeó la guerra y dos aliados.
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